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La Fiscalía Federal de Béligica estableció que Khalid El Bakraoui, presunto atacante suicida del metro de Bruselas el martes, era buscado por haber alquilado un piso en Charleroi, utilizado por algunos de los miembros de los comandos que cometieron los atentados del 13 de noviembre, que dejaron 130 muertos en la capital de Francia.

Desde el 11 de diciembre tenía dos órdenes de captura, una internacional y otra europea, emitidas por los jueces de instrucción belgas a cargo de la investigación de los atentados de París, se precisó en un comunicado. Khalid El Bakraoui, agrega el texto, "era sospechoso de haber alquilado, utilizando la identidad falsa de Ibrahim Maaroufi, una vivienda en la calle Fort en Charleroi que habría servido de escondite al grupo terrorista implicado en los atentados de París y que fue allanado el 9 de diciembre de 2015".

Maaroufi fue uno de los atacantes del metro Maalbeek, en el corazón de la capital belga, mientras que su hermano, Ibrahim, junto a otro kamikaze identificado como Najim Laachraoui, se hizo estallar en el hall de salidas del aeropuerto internacional de Bruselas.

Los atentados en el aeropuerto y en el metro dejaron al menos 31 muertos y 300 heridos, de los cuales 150 están hospitalizados y 61 en terapia intensiva, según el último balance, aún provisorio.

En tanto, Los ministros Interior de Bélgica, Jan Jambon, y de Justicia, Koen Geens, presentaron su renuncia, tras los atentados terroristas. Sin embargo, el primer ministro Charles Michel rechazó las dimisiones a pesar de haber sido duramente criticado por esos hechos después de que se supiera que Turquía ya había advertido en julio de 2015 a Bruselas sobre el peligro que representaba uno de los autores de los atentados.