Lunes, 13 de junio de 2016 | Hoy
21:48 › EN PERU, KUCZYNSKI ASUMIRA SIN MAYORIA PARLAMENTARIA Y OBLIGADO A HACER PACTOS
“Kuczynski debe formar un gabinete con personalidades independientes que no estén vetadas ni por el fujimorismo ni por la izquierda”, señala el analista Alberto Adrianzén. El reto económico sería salirse de la dependencia de las exportaciones de minerales. Por Carlos Noriega, desde Lima
Pedro Pablo Kuczynski se enfrenta al reto de asumir un gobierno sin mayoría parlamentaria y tener que gobernar con un Congreso controlado por una mayoría absoluta del fujimorismo. A eso se suma que tiene un partido político recién formado para estas elecciones, que más parece un club de amigos y sin una presencia importante a nivel nacional, que carece de vínculos con organizaciones sociales que lo respalden, que cuenta con un apoyo propio de solamente 20 por ciento -ganó la elección gracias al voto antifujimorista que lo eligió como el mal menor pero no apoya su programa neoliberal- y que tiene muy poca llegada a los sectores populares.
Un panorama difícil y complicado para este economista de 77 años, poco carismático y ligado a los grandes grupos de poder económico, que ha llegado a la presidencia por una combinación de factores del azar que lo terminaron colocando en la segunda vuelta como la única alternativa para evitar el regreso del autoritarismo fujimorista. El suyo será un gobierno que parte desde la debilidad.
Consciente de esa debilidad, desde su victoria Kuczynski ha puesto el acento en hacer un llamado a la concertación y pedir apoyo para un gobierno amplio que trascienda a su propio partido. Pero por ahora el fujimorismo, todavía herido y en duelo por su derrota, le ha tirado un portazo a sus llamados a la concertación. El presidente electo y los principales voceros de su partido han insistido en seguir enviando mensajes de acercamiento al partido de Keiko Fujimori. Pero todavía no reciben una respuesta.
“Para gobernar Kuczynski necesita al fujimorismo, que tiene la mayoría en el Congreso. Los principales retos de PPK –como se le conoce a Kuczynski y que es también el nombre de su partido (Peruanos por el Kambio)– es llegar a un acuerdo con el fujimorismo y organizar un gabinete ministerial que exprese a la sociedad en sus distintas dimensiones y empiece a resolver el problema de la división nacional. Debe formar un gabinete con personalidades independientes que no estén vetadas ni por el fujimorismo, ni por el Frente Amplio de izquierda, con un primer ministro que no venga de los partidos y sea aceptable por los distintos sectores. Tiene que ser un gabinete plural”, le señaló a Página/12 Alberto Adrianzén. El analista politico y parlamentario andino considera que el fujimorismo, pasada la amargura de una derrota que no esperaban, finalmente cederá y terminará dialogando y llegando a acuerdos con el nuevo gobierno. “Finalmente, Keiko va a tener que negociar con PPK, porque si no lo hace va a aparecer como un elemento negativo, que obstruye, que frena las propuestas en temas sensibles. Pero lo va a marcar a presión. Creo que finalmente habrá un acuerdo entre ambos, una especie de cogobierno. La lógica indica que una vez que se dé un acuerdo entre PPK y el fujimorismo, toda la derecha se va a alinear con ese acuerdo y van a tratar de marginar a la izquierda. La relación de PPK con el Frente Amplio de izquierda, que lo apoyó para evitar el triunfo del fujimorismo, va a ser una relación conflictuada”, agrega Adrianzén.
Adoptar políticas concretas en la lucha contra la corrupción, de justicia y reparación para las víctimas de violaciones a los derechos humanos, tal como PPK se comprometió en la campaña, la defensa de los derechos ciudadanos, no limitar derechos laborales, otro compromiso que el presidente electo adoptó en la campaña, son asuntos en los que el nuevo gobierno puede entenderse con la bancada del Frente Amplio en el Congreso. Aunque eso lo podría enfrentar al fujimorismo, con quien comparte el mismo programa económico neoliberal, y su mayoría parlamentaria. Un difícil equilibrio. Una situación complicada la de PPK.
Si no cumple con esos compromisos y decepciona a ese importante sector que lo apoyó para defender la democracia frente al autoritarismo fujimorista y con un mensaje claro de lucha contra la corrupción, el nuevo gobierno se podría enfrentar a las movilizaciones y protestas de los amplios sectores que en la campaña electoral salieron a las calles para rechazar el regreso del fujimorismo.
Pasados los días de tensión antes que se confirme su angustiosa victoria electoral, Kuczynski está concentrado en armar su gabinete ministerial y a diseñar sus primeras medidas. Esas primeras medidas tendrán que ver, según adelantó, con cómo enfrentar la inseguridad ciudadana, considerada el mayor problema por la mayoría de ciudadanos, y con la economía.
El único nombre seguro en el gabinete ministerial es el del ministro de Economía, que será el economista Alfredo Thorne, jefe del plan de gobierno de PPK, hombre ligado a organismos financieros internacionales y que asegura la continuidad de una política neoliberal ortodoxa.
En lo económico, PPK se enfrenta al reto de una economía que, aunque sigue creciendo –para este año se pronostica un crecimiento de entre 3 y 4 por ciento– ha caído en una preocupante desaceleración y enfrenta la amenaza de la crisis internacional y la caída de los precios de los minerales, principal sostén de la economía peruana.
“El reto en lo económico del nuevo gobierno –dice Humberto Campodónico, economista y catedrático de la Universidad de San Marcos– es adoptar un plan de diversificación económica que rompa la dependencia de la economía peruana de las exportaciones de minerales, un plan que genere nuevos motores de la economía. Eso es fundamental en el contexto actual de crisis económica internacional y caída de los precios de las materias primas. Pero ese plan de diversificación económico no es contemplado con el suficiente énfasis en el programa de PPK.”
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