La denuncia gremial fue presentada ante el juzgado federal de Graciela Ruata de Leone, quien comanda la pesquisa por el ataque a la alcaidía bajo un estricto hermetismo y ya sin contactos directo con la prensa.

En tanto, el ministro secretario general de la Gobernación de Santa Cruz, Roque Ocampo, reveló hoy que el Estado provincial "analiza actuar como querellante" en la causa abierta por el ataque a tiros contra la alcaidía de Las Heras.

Ante una consulta de esta agencia, el ministro señaló que "se estudia realizar una presentación a través de la Fiscalía de Estado".

El ministro Ocampo también evitó hoy brindar detalles sobre el estado de la causa abierta tras la muerte del policía Jorge Sayago y la balacera contra otros cinco.

Ocampo aclaró que el gobierno local decidió "no realizar más declaraciones públicas mientras la justicia actúa para no entorpecer la investigación", que llevan adelante la jueza federal Ruata de Leone y el fiscal federal, Andrés Gargaglione.

Por su parte, Luis Guineo, dijo que "hoy se denunció ante el juzgado de Pico Truncado el 'apriete' que sufrió nuestro compañero y pedimos una audiencia con la jueza, que se nos concedió para mañana a las 10".

"Espero que no empiece acá una cacería de brujas", dijo Guineo al relatar que anoche un delegado denunció que un grupo de hombres no identificados "fue a su casa, cuando estaba con su beba, le preguntaron por su nombre y le dijeron que eran de la Brigada de Investigaciones de la Provincia y lo llevaron a una casa ubicada detrás de un terreno de Vialidad Provincial".

Según Guineo, los hombres que no se identificaron ante el pedido del delegado se movilizaban en "automóviles (Volkswagen) Polo, color gris, con vidrios polarizados y sin patentes".

"Eran entre 13 y 20 personas" en la casa que "lo apuraron y le dijeron 'vos fuiste el que sacó el revolver'", añadió el sindicalista que interpretó que posiblemente los desconocidos "quieren hacer que alguien confiese el delito que no cometió".

Guineo aclaró que desde el sector gremial "estamos dispuestos a colaborar en todo lo que fuera necesario" para investigar los ataques pero, advirtió "esta no es la manera".

"Acá ya no se entiende más nada. Están buscando a lo mejor el quiebre de alguien", acotó.

Respecto del trabajo en los yacimientos, que hasta el viernes estuvieron paralizados por una huelga de 17 días, el dirigente indicó que "volvió todo a la normalidad, pero no estamos acostumbrados a trabajar rodeados de policía y gendarmería".

"La gente está muy inquieta, acá en el pueblo andan en helicópteros de noche, todo el día. El campo (petrolero) está rodeado de Gendarmería y en el pueblo andan por todos lados parece esto que fuera otro país", relató.

Por otra parte, el sacerdote Juan Carlos Molina, portavoz del reclamo de los petroleros rebeldes, consideró que la falta de acompañamiento del sindicato del sector fue "una de las más grandes trabas para solucionar" la disputa.

Fuente: DYN