Viernes, 21 de julio de 2006 | Hoy
16:38 › ENCUESTADORES TELEFóNICOS DENUNCIAN PRECARIEDAD LABORAL
40 “telemarketers” de una empresa del barrio de Belgrano salieron a la calle a pedir regularización laboral. Señalan las dificultades del sistema de trabajo en los call centers y la alta presión psicológica que viven en sus puestos.
La empresa Melnik/Bulke, es un centro de llamadas ubicado en el barrio de Las Cañitas, entre Lacroze y Libertador, allí cuarenta telefonistas realizan cientos de llamadas diarias para indagar en los gustos e inclinaciones de compra de los ciudadanos.
Es uno de los tantos call centers que operan en Argentina. Los call centers o centros de llamadas, son espacios donde decenas o cientos de operadores con un teléfono calzado en la cabeza y una PC al frente, pueden realizar tareas de atención al cliente, soporte técnico, encuestas o ventas, casi siempre al servicio de otras empresas.
Mediante la contratación de servicios tercerizados muchas grandes empresas multinacionales, reducen sus costos y obligaciones laborales, gracias a los costos cada vez más bajos de la comunicación telefónica internacional pueden incluso ubicar los centros de telemarketing o atención al cliente en países que les brindan mano de obra especializada más barata o legislación flexible.
El año pasado los encuestadores ya habían tomado algunas medidas, reclamaron el pago a término de sus salarios que por lo general se efectúa 90 días después de haber realizado el trabajo. Solicitaron el blanqueo de sus puestos de trabajo para poder acceder a la obra social, al aguinaldo, a las licencias por enfermedad, embarazo o estudio, las vacaciones pagas, al derecho a indemnización en caso de despido, etc. Haciendo caso omiso de las demandas, la empresa respondió tomando medidas disciplinarias: se redujeron la cantidad de horas de trabajo para reducir los salarios, se cambiaron las categorías de los empleados y se advirtió que la persistencia en las demandas acarrearía el reemplazo de los trabajadores actuales por otros, quizá menos revoltosos.
El 10 julio de este año el Ministerio de Trabajo de la Nación realizó una inspección en la empresa, donde se pasó revista de todos los trabajadores presentes. Ahora la empresa tendrá que tomar una decisión entre regularizar la situación de sus empleados o pagar multas por el empleo de mano de obra en negro.
Por otra parte, las condiciones en su ambiente de trabajo no han mejorado. En un comunicado de prensa dan cuenta de lo insalubre de su actividad, aseveran que las reiteradas llamadas por teléfono que realizan y la exposición prolongada a una contaminación auditiva y a un desgaste visual constantes les expone a contraer diversas enfermedades y así lo expresan: “porque no somos cajeros, porque nuestro trabajo es insalubre, porque tenemos derechos. Tras un box pequeño, se nos esconde. Hacinadas, multitud de personas mantienen a sus familias con un ingreso inferior al de nivel de pobreza. Las empresas que los contratan llenan sus bolsillos a costillas del sufrimiento del trabajador, exprimiendo su psiquis, exigiendo más allá del límite racional. No les interesa nuestra salud, sólo llenar sus cuentas con una codicia insaciable.”
Hasta el momento su situación no se ha modificado, es por eso que el pasado martes 18 de julio, un grupo de encuestadores realizó un "escrache" a la empresa denunciando el trabajo precario del que son víctimas. Los 40 telefonistas que trabajan en Melnik/Burke están en negro, trabajan sin contrato y sin ningún derecho laboral. Por eso en aquel escrache y en el citado comunicado de prensa exigieron "el blanqueo inmediato de todos/as los encuestadores/as, mejoras en las condiciones de trabajo, la efectivización de los encuestadores y la cesación de la precarización laboral de los trabajadores de investigación de mercado".
Informe:
José Luis Meirás
Ana Belén Sánchez Trolliet
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