El temporal se registró el 3 de octubre de 2000 en la localidad bonaerense de Pilar, y sus efectos sobre el servicio eléctrico en la zona se extendieron algo más de un día y afectaron a alrededor de 26.500 usuarios.

La demanda fue promovida por Corporación General de Alimentos S.A, que obtuvo un fallo favorable en primera instancia, pero la resolución fue apelada por Edenor.

La empresa concesionaria se quejó por haber sido condenada por un hecho que calificó de "imprevisible e inevitable", debido a las "fuertes ráfagas de viento" y por la caida de lluvia "que superó la media", registradas entonces.

Para Edenor, esas características la eximían de responsabilidad ante la falta de electricidad que experimentaron los usuarios.

La Sala III de la Cámara consideró, en cambio, que "el cumplimiento de la obligación implica por parte de la prestataria la adopción de todas las medidas necesarias para su materialización".

Agregó el tribunal que "el incumplimiento se verifica cuando, de acuerdo a las circunstancias de modo, tiempo y lugar el deudor ha omitido adoptarlas".

Los camaristas Guillermo Antelo, Ricardo Recondo y Graciela Medina consideraron insuficiente que la única defensa fuera la existencia del fenómeno meteorológico.

Los camaristas recordaron que, de acuerdo a un informe del Servicio Meteorológico Nacional dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, surge que el día en el que, según la empresa se inició el fenómeno climático en la zona en cuestión, el cielo se encontraba "despejado a algo nublado, la visibilidad era de 12 kilómetros y no se registraron fenómenos significativos".

Sobre la duración del apagón, que se extendió por 30 horas, Antelo, Recondo y Medina tuvieron en cuenta las pruebas aportadas al expediente, entre ellas una carta a Edenor y las declaraciones de varios testigos.

La justicia determinó que Edenor deberá pagar por intereses y costas de juicio un monto superior a los 50.000 pesos, señalaron las fuentes consultadas.