En un artículo de prensa títulado "Autocrítica de Cuba", Castro fustiga este miércoles las inequidades y "privilegios", creados primero por el dólar y ahora el peso convertible, en un país que aún no sale de la crisis y ofrece a su población servicios sociales básicos gratuitos o subsidiados.

"La falta real y visible de igualdad y la carencia de información pertinente da lugar a opiniones críticas, sobre todo en los sectores más necesitados", admite el mandatario, quien desde hace casi un año convalece de una severa crisis de salud y es sustituido en el poder por su hermano Raúl.

El asunto tiene mucho más alcance que un debate teórico, pues se trata de problemas que inciden en la cotidianidad de los cubanos, como el acceso a las divisas, y por lo tanto a un mayor nivel de vida, o el trabajo privado.

El líder cubano implementó en 1993 reformas de apertura para enfrentar la crisis, llamada "periodo especial", provocada por la desaparición del bloque comunista y el endurecimiento del embargo de Washington.

La libre circulación del dólar, la recepción de remesas monetarias desde Estados Unidos, el trabajo por cuenta propia, la instauración del mercado agropecuario, fueron las medidas aplicadas de mayor impacto directo sobre la población.

El 11 de junio pasado, en otro de los 26 artículos de prensa publicados desde el 29 de marzo, Castro advirtió que "mucho daño hizo a la conciencia social el acceso a las divisas convertibles, en mayor o menor volumen, por las desigualdades y debilidades ideológicas que creó".

En un reciente discurso ante intelectuales, el actual jefe del departamento de Cultura del PCC, Eliades Acosta, estimó que durante la crisis económica creció "una anti-Cuba indeseable, parasitaria, ignorante, mediocre, derrotista, sumisa al extranjero, mercantilizada, consumista y despolitizada.

Esa anti-Cuba, afirmó, es "cortejante de una hipotética restauración capitalista en el país" en la que depositan sus "planes de retorno triunfal" los anticastristas desde Miami y otras urbes, añadió.

En abril pasado, el vicepresidente de Cuba, Carlos Lage, artífice de las reformas de los 90, tocó también el tema en un discurso durante un acto de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

Lage pidió a los jóvenes ser "inmunes a los cantos de sirena del capitalismo", para garantizar la revolución socialista, tras reconocer que la nueva generación ha vivido años en que ha visto "crecer deformaciones y desigualdades", en los últimos tiempos con "la existencia de dos monedas y mercados" en el país (pesos cubanos y divisa).

Los ataques a las consecuencias de la crisis y las reformas se producen en momentos en que la prolongada enfermedad de Castro, quien en agosto cumplirá 81 años, y la llegada de la generación histórica de la revolución al límite de la expectativa de vida, hace que los cubanos abran interrogantes hacia el futuro próximo.

"Los que especularon que iba a haber un derrumbe o un cambio dramático o la búsqueda de un modelo que no es el nuestro han visto que no es así", dijo en abril el ministro de Economía, José Luis Rodríguez, al descartar giros económicos en la isla debido a la enfermedad de Castro.

El presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, llamó en abril a intelectuales y universitarios a pensar y formular un "socialismo que será diverso, multicolor, sin prejuicios ni barreras discriminatorias".