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Los participantes de la fiesta son estudiantes de la Escuela Municipal de Educación Media Nº3, de Bajo Flores.

El joven muerto era vecino de la villa 1-11-14, cursaba estudios en el colegio mencionado y trabajaba en el centro comunitario "Mate Cocido" y en un bar de la zona.

Según el relato que le hizo su madre, el domingo a la madrugada el chico salió del local bailable a la calle y se apoyó sobre un automóvil Peugeot 206 que estaba estacionado, lo que activó la alarma antirrobo.

Entonces, un vecino que se identificó como el propietario del coche se presentó en el lugar e increpó al joven, luego de lo cual se suscitó una discusión entre ambos, hasta que el primero desenfundó un arma y disparó en el pecho al estudiante, que cayó malherido y luego murió en el hospital Piñero.

El agresor, que ahora está prófugo, disparó un balazo en el pecho al creer, según habría dicho, que le querían robar su camioneta estacionada en la calle Erezcano al 2900.

Según testigos, el atacante habría efectuado otros disparos -alrededor de media docena- alrededor de él y los proyectiles de milagro no hirieron a ninguna otra persona y solo impactaron en las fachadas, coches y árboles del lugar, según dijo Cisterna.

La policía había informado que hubo una pelea entre el joven y el dueño del rodado, generándose una trifulca que incluyó la rotura de la luneta trasera del vehículo. E incluso, que los participantes de la fiesta ingresaron a la casa del vecino y agredieron a una hermana de éste.

"Nada de eso es cierto. La chica que estaba con mi hijo me aseguró que no hubo pelea, ni agresión a la casa", afirmó Cisterna.

La madre de la víctima identificó al supuesto agresor como "Héctor Valle, de 54 años, que decía ser mecánico y es conocido por el apodo de "Ballena" en la barrabrava de Huracán", y agregó que "cuando allanaron su casa secuestraron muchas cajas con balas y varias cédulas de identidad".

Como su esposo, Fidel Gallo, ella también deslizó sospechas sobre la actuación policial, al indicar que "fui a la comisaría 34 a hacer la denuncia y me dijeron que ya habían detenido al asesino de mi hijo, pero resultó que no era cierto y este criminal sigue prófugo".

En la casa del vecino y supuesto agresor, ubicada en la calle Erezcano 2942, esta tarde permanecían apostados efectivos policiales.

Por su parte Fidel Gallo, el padre del joven asesinado durante una fiesta de egresados en el barrio de Pompeya, cuestionó hoy a la policía por haber permitido, según dijo, dejar escapar al agresor, quien según dijo, disparó "como seis tiros" contra su hijo.

El progenitor, comentó que "estaba en mi casa durmiendo, cuando un compañero de Sergio (su hijo) me avisó". "Lo encontré tirado, me dijo que un hombre le había pegado un tiro, que el hombre dijo que le querían robar el auto. No es verdad", afirmó.

Según el padre de la víctima, el agresor "se la agarró con él, le pegó un tiro porque dicen que le quiso robar" y afirmó que según su otro hijo, que también participó de los hechos y sufrió golpes, "este hombre hizo como seis disparos y la policía dijo que hizo uno".

El hombre descreyó de la versión de que los compañeros de Sergio intentaran ingresar a la casa del hombre que disparó: "los vecinos van a decir cualquier cosa. Cuando yo vine, no había nadie acá", señaló.

También indicó que había llevado él mismo a su hijo al hospital Piñero, "porque la ambulancia nunca llegó". Al ser consultado sobre las pintadas contra la policía en el lugar del crimen, Fidel se explayó cuestionando a los uniformados.

Explicó, respecto del agresor que ahora es buscado, que "la policía dijo que ellos no podían sacarlo de su casa", y observó: "no sé por qué lo dejaron salir, se llevaron la evidencia".

Asimismo, preguntó "por qué limpiaron la sangre" de Sergio y entonces reflexionó: "La policía mató a Ezequiel De Monti (el joven que fue obligado a arrojarse al Riachuelo), y no se puede esperar otra cosa de la policía".