Jueves, 10 de enero de 2008 | Hoy
00:00 › SEGúN ESTUDIO SON MáS DE 400 MIL LOS NIñOS QUE TRABAJAN EN COSECHAS ARGENTINAS
Una joven de 17 años, boliviana, quien había llegado al país como trabajadora golondrina en la cosecha de ajo, murió hoy al ser aplastada por un árbol mientras dormía en una carpa ubicada en una finca de Tunuyán, en Mendoza. Otras dos de sus compañeras sufrieron golpes y fueron internadas.
La joven se encontraba durmiendo junto a otras cinco trabajadoras dentro de una de las carpas ubicadas en una finca de la ruta 92, en San Carlos.
En la madrugada se produjo una tormenta de lluvia y viento y derribó un sauce, que cayó sobre la carpa.
A raíz del accidente, la joven de 17 años y las otras mujeres que se encontraban en la carpa fueron trasladadas al Hospital Tagarelli, de San Carlos, donde falleció por las graves heridas que le produjo la caída del árbol.
Tras la muerte de la joven, las otras trabajadoras fueron trasladadas al Hospital Scaravelli de Tunuyán, donde permanecían internadas con traumatismos, fuera de peligro, reportaron médicos del centro de salud.
En la finca De Marchi otras carpas alojan a unas 40 personas que trabajan en la cosecha de ajo.
En la causa por la muerte de la joven de 17 años interviene el primer Juzgado de Instrucción.
La Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) denunció en noviembre que más de 400 mil niños y adolescentes trabajan en cosechas del norte argentino, muchos de ellos sin percibir remuneración y expuestos a enfermedades vinculadas con el uso de agroquímicos.
"Existen en la actualidad 400 mil niños y adolescentes trabajando en cosechas de yerba mate, tabaco y otros cultivos intensivos y zonas rurales, esto sin contar los 1,9 millones en la misma situación en centros urbanos", dijo el referente del gremio, Jorge Abel Rodríguez, en el II Foro de Infancia y Periodismo, realizado en Córdoba.
El gremio de los peones rurales difundió un estudio que mostró las "penosas condiciones" en las que son empleados los niños, así como "las consecuencias graves en su salud" por el uso de agroquímicos, "sin contar por supuesto la causales de no terminar siquiera el colegio primario".
"El 90 por ciento de los delegados sindicales padecieron trabajo infantil, por lo que puede hablarse de una cuestión cultural, ya que los propios padres consideran que está bien que los niños trabajen", sostuvo el reporte.
El estudio de UATRE cuestionó la falta de compromiso "real" de las compañías yerbateras y tabacaleras, que "se lavan la cara con organizaciones no gubernamentales, cuando no hacen un aporte efectivo" a la erradicación del trabajo infantil.
La Ley de Contrato de Trabajo nacional, que tiene más de treinta años de vigencia, prohíbe en forma expresa el empleo de menores de 14 años en tareas laborales.
Además, exige al empleador constatar la "aptitud para el trabajo" de los adolescentes con menos de 18 años.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) y UNICEF recomendaron que "se asegure la abolición efectiva del trabajo de los niños y eleve progresivamente la edad mínima de admisión al empleo".
"La edad mínima de admisión al empleo no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación escolar, o en todo caso, a quince años", sostiene la OIT.
Asimismo, establece una edad mínima de 18 años para empleos o trabajos peligrosos "para la salud, seguridad o moralidad".
Fuente: DyN
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