El fallo, que reveló una complicada interna gremial, fue dictado por la Sala Octava de la Cámara laboral con las firmas de los jueces Gabriela Vázquez y Luis Catardo, y ordenó restituir al cargo a Orlando Nicolás Cáceres.

Cáceres, estudiante de comunicación social, ofició de camarero del sector "tragamonedas" del Hipódromo desde el 16 de mayo de 2005, cuando tenía 19 años, hasta el 6 de setiembre de 2006, cuando fue despedido por una supuesta "reorganización interna del área".

El joven recurrió a la Justicia y denunció que "en verdad fue despedido porque, junto con otros compañeros, promovió la organización de los trabajadores del Hipódromo de Palermo en defensa de sus derechos laborales y a contrapelo del sindicato".

En el fallo se da cuenta que el joven era la cabeza visible del movimiento, peticionó y logró mejoras frente a la empresa, pidió ayuda "sin éxito" al sindicato y reclamó elecciones, pero "el petitorio le fue rechazado por defectos de redacción".

La justicia de primera instancia rechazó la demanda pero la Cámara sí le dio la razón a Cáceres y sopstuvo: "El despido directo dispuesto por la empleadora Hipódromo Argentino de Palermo SA implicó un acto de discriminación ilícita fundada en la actividad gremial".

En el caso se invirtió además la carga de la prueba, pues los jueces entendieron que "basta que el trabajador proporcione un cuadro indiciario que permita la sospecha del acto discriminatorio para que se desplace hacia el empleador la carga de acreditar que su actuación obedeció a causas absolutamente extrañas a la vulneración de los derechos fundamentales ofendidos".

Los camaristas también se mostraron sorprendidos por la actitud que asumió la conducción del sindicato que representa a los trabajadores del Hipódromo y consideraron "altamente llamativo el tenor de las respuestas brindadas por el gremio".

"A través de ellas se exhibe, al menos indirectamente, una encendida defensa de la postura patronal que revela, de manera inequívoca, una clara disputa entre las autoridades de la asociación sindical y el señor Cáceres o el sector que éste conformaba", sostuvieron.

Para los jueces, "de otro modo no encuentra explicación tan acalorado desconocimiento de las actividades gremiales que el demandante invocó haber realizado durante la vigencia del vínculo laboral".

"Es de presumir que Cáceres estaba liderando alguna línea opositora al sector oficialista del gremio. De lo contrario se torna inexplicable y sin sentido el recelo que exhibe la respuesta", evaluaron los jueces, en una tácita crítica al accionar de la conducción orgánica del sindicato.

El fallo resaltó que en el hipódromo "no había representantes sindicales orgánicos, ni elecciones a esos fines desde 1990 y que los acuerdos se realizaban de modo directo entre las autoridades del gremio y la patronal".

Cuando un grupo de trabajadores quiso impulsar mejoras y sumar al sindicato, dijo el fallo, "el gremio no satisfizo sus pedidos ni les brindó apoyo" y posteriormente "con una breve inmediatez temporal fueron despedidos todos los trabajadores involucrados en esa actividad gremial".

Los jueces infirieron que el Hipódromo "al despedir al trabajador o bien quiso excluirlo porque movilizaba al conjunto de los trabajadores e intentaba que hubiera delegado en la empresa, o congraciarse con el gremio o ser complaciente con sus autoridades, con las que negocia de modo directo".

Fuente: DyN