La mayor preocupación en los mercados proviene de los Estados Unidos y como las estadísticas no hacen más que reforzar la teoría del escenario recesivo, Wall Street se hundió nuevamente y arrastró este martes al resto de las bolsas del mundo.

Sin la contundencia de las bolsas del primer mundo que cayeron entre 1 y 5 por ciento tanto en Europa como en Nueva York, el efecto dominó de la globalización también se observó en Buenos Aires con un retroceso del 1,42 por ciento en el lote de las empresas líderes, con lo que el Merval estiró al 4,50 por ciento la desventaja del año.

La incertidumbre que existe en los mercados internacionales transforma a los bonos del Tesoro norteamericano en uno de los refugios más seguros para los inversores, lo que hace que el rendimiento se reduzca. La tasa del bono a 10 años cayó al 3,58 por ciento anual.

En cambio, los bonos argentinos cotizaron con mayoría de bajas, aunque los expertos reiteran que en el mercado de títulos soplan "vientos a favor" por la estabilidad del tipo de cambio, abundante liquidez y rentas más que interesantes, que rondan el 9,00 por ciento más CER.

El desfavorable entorno de los mercados internacionales tuvo epicentro en los Estados Unidos, donde el indicador de la actividad del sector servicios de enero cayó a su menor nivel desde octubre de 2001, e inmediatamente reavivó la preocupación sobre el panorama de la mayor economía del mundo y generó pérdidas en todas las bolsas.

En una presentación en Washington ante la Comisión de Finanzas del Senado, el secretario del Tesoro, Henry Paulson, dijo que la enconomía del país del Norte crecerá a "un ritmo menor". "La economía de Estados Unidos es diversa y resistente, y nuestros fundamentos a largo plazo son saludables. Creo que nuestra economía continuará creciendo, aunque a un ritmo menor de lo que hemos visto en años recientes," dijo Paulson.

Las palabras del titular de la Reserva en torno a un menor crecimiento no disiparon los temores del mercado respecto al inicio de un proceso recesivo en la principal economía del mundo, lo que quedó reflejado en los resultados de Wal Street con caídas del 2,93 por ciento en el Doiw Jones; del 3,20 por ciento en el Standard & Poor`s y del 3,08 por ciento en el Nasdaq del sector tecnológico.

En Europa también se difundió el dato del sector de servicios y conformó la tendencia recesiva en Alemania, España e Italia. El resultado fue una caída del 5,19 por ciento en Madrid -donde el condimento de fondo son los magros números de su economía y los fuertes tironeos entre el oficialismo y la Iglesia de cara a las próximas elecciones presidenciales-, del 3,96 en París y del 3,36 por ciento en la Bolsa de Francfort.

"Con la incertidumbre que se respira en los mercados, las apuestas y pronósticos se modifican con el simple paso de las horas", dijo un corredor de Bolsa que este lunes había justificado la reacción del mercado en los fondos que libera la compra de Acindar y que estarán en manos de los inversores el jueves de la semana próxima.

Diferente fue el panorama de los negocios en la plaza cambiaria, donde las fluctuaciones del dólar están sujetas al grado de intervención de los bancos oficiales y la percepción en este sentido es que la autoridad monetaria seguirá apuntalando el tipo de cambio.

En el sector mayorista el billete estadounidense cerró a 3,165 pesos, en el precio más alto del año impulsado por las compras del Banco Central y el Nación.

"Los bancos aprovechan la liquidez del mercado para hacer "swaps" cambiarios hoy por casi 140 millones de dolares", apuntó Fernanzo Izzo, de ABC Mercado de Cambios.

A través de ese mecanismo cambiario las entidades financieras colocan y/o toman fondos, ante una caída abrupta de las tasas de interés. Los negocios en la plaza cambiaria movilizaron 667 millones de dólares.