Mientras se completan los trámites para las indagatorias del miércoles, dispuestas por el juez de la causa, sigue la búsqueda de los restantes imputados, que ya cuentan con pedido de captura.

Gabalachis reconoció que ayer dialogó con quienes serán sus defendidos, "quienes están bien de ánimo, aunque algo sorprendidos porque nunca se imaginaron presos por esta causa. Reconocen que estuvieron en esos años en la base, por lo que, cuando mucho, podrían estar como testigos".

"Están muy tranquilos, muy serenos y me manifestaron que fueron bien atendidos y tratados tanto al momento de la detención como en el traslado y en el lugar de alojamiento", explicó Gabalachis en referencia a la alcaidía policial de Trelew, donde se hallan en un lugar apartado del resto de la población penal.

El secretario penal del juzgado federal con asiento en Rawson, Mariano Miquelarena, sostuvo que "el proceso se desarrolla de manera normal, con los pasos lógicos ante las detenciones y con los cuidados especiales por la edad de los detenidos y los problemas de salud", teniendo en cuenta que uno padece cáncer (Paccagnini) y, el otro, diabetes.

Paccagnini era el jefe máximo de la base cuando ocurrió la masacre, el 22 de agosto de 1972, en la que murieron 16 militantes políticos y otros tres quedaron gravemente heridos.

El restante, Emilio Jorge Del Real, está sindicado por los propios informes de la Armada como integrante del pelotón que disparó.

Los más de 300 testimonios que colectó la causa cargan la mayor responsabilidad sobre el capitán Luis Emilio Sosa y el teniente Roberto Guillermo Bravo, a quienes se sindica como los que lideraron la matanza que se produjo hace 34 años, y que hasta el momento no fueron localizados.

La causa fue recaratulada hace dos semanas y se denomina "Luis Emilio Sosa, Roberto Guillermo Bravo y otros sobre presuntos autores de privación ilegítima de la libertad y torturas (19 hechos), homicidio doblemente calificado (16 hechos) y tentativa de homicidio (3 hechos)".