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Frente a ministros, funcionarios y legisladores, centenares de personas desfilan sin cesar frente a los restos de Kirchner. La fila para ingresar al Salón de los Patriotas Latinoamericanos se extiende hasta la Avenida 9 de Julio, donde gira y continúa por Rivadavia, en sentido hacia el Bajo.

En la Plaza de Mayo, donde una multitud espera para dar el último adiós a Kirchner, se montó una carpa con 10 psicólogos para dar contensión psicológica a quienes lo requieren.

La primera persona en ingresar a despedir los restos del ex mandatario fue fue Graciela Benítez, una concejala del municipio bonaerense de Moreno, que permaneció 19 horas a la cabeza de la larga fila que zigzageaba frente la Casa Rosada.

"LLegué ayer a las 15 acompañanda un grupo de militantes del Frente para la Victoria", explicó la mujer de mediana edad, y añadió: "Tengo mucho dolor pero también tengo esperanza porque estoy convencida que la posta hoy la tiene la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, porque Cristina y Néstor son una sola cosa".

La multitud fue colmando los alrededores de la Plaza desde ayer a la tarde, en una vigilia ordenada, serena y con extensos lapsos de silencio, por la apertura del vallado que la separaba de la Casa Rosada.

Las personas, en grupos reducidos, comenzaron a avanzar hacia la sede del Poder Ejecutivo a las 10.10, cuando la Policía Federal corrió parte del cerco, frente a la sede de la AFIP, a uno de los costados de la Plaza de Mayo. A esa hora, la hilera -en la que se destacaban flores y ejemplares de la bandera nacional- finalizaba en el cruce de la avenida De Mayo y 9 de Julio, del microcentro porteño.