La asociación de víctimas cree que "el hipotético final de ETA debe hacer posible el esclarecimiento de todos los atentados que están sin resolver y que suman centenares de asesinados, heridos, secuestrados y extorsionados sin autor conocido".

Para la reinserción de presos de la banda, añade el colectivo en el punto 9 del decálogo, los etarras deben reconocer "el daño personal causado", asumir "responsabilidades pecuniarias" y "colaborar con la justicia", además de "denunciar públicamente la violencia terrorista" y "condenar los fines totalitarios que radican en la acción terrorista para favorecer la deslegitimación del terrorismo entre los niños y los jóvenes que legitiman todavía tales prácticas".

La condena pública de la violencia es condición fundamental para este colectivo, tanto de ETA como de Batasuna, "para volver a jugar en la política democrática a fin de evitar una nueva tentativa de banalización, relativización y legitimación".