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¿Podrá el frente de izquierda que conduce la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) alcanzar el quórum para renovar a sus autoridades? No pudo en mayo pasado, por falta de tres delegados para abrir la elección. Las fuerzas radicales, kirchneristas y sus aliados se lo impidieron, al no participar del congreso, que hoy vuelve a realizarse. El escenario político no cambió en gran medida. El espacio reformista (radicales y aliados) ya anunció su posición: no participará si no se modifica la actual doble presidencia y doble vicepresidencia, denunciadas como “figuras que no existen en el estatuto”. Las agrupaciones kirchneristas, en cambio, mantendrán el suspenso hasta último momento, aunque algunos de sus dirigentes intuyen que tampoco serán de la partida. La izquierda, en tanto, calificó a la “maniobra” de sus opositores como una “excusa”, remarcó su “legitimidad” como frente político y llamó a debatir al interior del congreso.

La cita es en la Facultad de Medicina (UBA), a las 18, cuando debería comenzar la acreditación de los delegados. El pleno del cuerpo trabaja con 130 delegados, distribuidos entre los diferentes centros de estudiantes y entre las diferentes agrupaciones, de acuerdo con el caudal de votos obtenidos en los últimos comicios. Para sesionar, el congreso requiere la presencia de 66 estudiantes, el mínimo necesario para tener quórum. En caso de no lograr el número, la Junta Representativa de la federación –integrada por las autoridades de los centros de estudiantes de la UBA– dispuso que la conducción mantendría a sus autoridades hasta tanto se llame a un nuevo congreso, cosa que sucedería al concluir la última elección de centros de estudiantes de este año, ya con un nuevo elenco de representantes de los alumnos elegidos.

“Las denuncias e impugnaciones a determinados tipos de listas tienen que darse en el marco del congreso”, dijo el copresidente de la FUBA, Alejandro Lipcovich, del frente de izquierda integrado por el PO, La Mella, La Cepa, Libres del Sur y otras fuerzas. “Todos sabemos que la legitimidad del congreso no está en discusión, por eso lo que hay acá, de antemano, es una excusa para no participar”, continuó el dirigente juvenil del PO. Su par en la presidencia, Igal Kejsefman (La Mella), aportó en el mismo sentido: “Todos los delegados fueron correctamente asignados, nadie cuestiona las elecciones de los centros de estudiantes. Las distintas fuerzas tienen la responsabilidad de representar a quienes los votaron, de traer sus discusiones y disidencias al congreso”.

Según la visión de Nuevo Espacio (radicales y aliados), “en esta federación hay dos federaciones distintas y contradictorias, la del PO y la de La Mella”. Así lo expuso su consejero superior estudiantil Arturo Pozzali: “Se plantea a los estudiantes dos presidentes, dos vicepresidentes, figuras que no existen en el estatuto de la FUBA. Es una situación que atenta contra el funcionamiento propio de la federación y hace que no tengan una política clara. Por eso se disputan cada uno de los centros de estudiantes al interior de la UBA, y por eso no pueden ponerse de acuerdo en quién es el presidente”, manifestó el dirigente estudiantil.

Pozzali suscribió un proyecto de declaración que fue presentado este mes en el Consejo Superior de la UBA, donde denuncia, entre otras cosas, la “ausencia total de libros y registros contables” y el “incumplimiento de los plazos de los mandatos pertinentes”. Por último, el texto llama a declarar “la necesidad de la normalización y democratización de la FUBA de acuerdo con lo que dispone su estatuto vigente”. En diálogo con este diario, Pozzali aseguró que el Consejo le “está dando lugar a la FUBA para que conteste, pero hasta ahora no lo hizo, no hubo una respuesta”. Y concluyó: “Tenemos que poner a la FUBA en regla administrativa y políticamente, porque así no está funcionando”.

“La FUBA hace marchas, tiene actividades, pelea por los derechos de los estudiantes, sigue funcionando”, replicó Kejsefman, para quien la legitimidad del frente radica en “los nueve de los trece centros de estudiantes de la UBA que conducimos” (las agrupaciones en el frente de izquierda). “En cualquier caso –replicó Lipcovich–, mañana (por hoy) va a quedar claro cuál es el rol y la posición de cada fuerza, si quieren construir en el movimiento estudiantil o en contra del movimiento estudiantil.”

Menos expuestas, las fuerzas kirchneristas aún mantienen suspendida su participación al congreso. Tampoco es seguro que el MNR (socialistas) y el PRO de la Facultad de Derecho acuerden nuevamente con sus aliados radicales y peronistas para dejar sin quórum una izquierda que, por sí sola, no cuenta con suficientes delegados para abrir la votación.

Informe: Agustín Saavedra.