El Gobierno, finalmente, decidió intervenir abiertamente en la crisis de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a favor de las atribuladas autoridades de la institución: les concedió el Congreso como sede para intentar elegir rector. La confirmación llegó ayer a través de una nota firmada por Alberto Balestrini, presidente de la Cámara de Diputados. La respuesta a la solicitud formulada por la mayoría de los decanos habilitó la reunión de la asamblea universitaria para el 18 de este mes. Para que eso se confirme, el Consejo Superior tratará hoy de convocar formalmente al sexto intento de sesión en el año. No le será fácil. La FUBA –que acusó al Gobierno y los decanos de “romper la autonomía universitaria”–- anunció que tomará las sedes donde podría reunirse el consejo.

Desde el mes pasado, cuando acordaron postular la fórmula peronista de Rubén Hallú y Jaime Sorín para los cargos de rector y vicerrector, los decanos esperaban una respuesta oficial sobre la disponibilidad del edificio del Parlamento. El permiso recién llegado es para usar el Salón Azul de la Cámara baja, a las 9 de un lunes, cuando no habrá actividad de los legisladores. “Es una de las respuestas positivas que estábamos esperando y un gesto de los representantes del pueblo que comprendieron nuestra situación”, celebró Hallú, decano de Veterinarias. Confirmada la autorización, ayer los decanos se declaraban optimistas sobre la realización de la asamblea. Creen que en el Congreso habrá garantías y seguridad para sesionar, aun cuando se movilicen los estudiantes. Más dudas expresaban sobre la posibilidad de reunir al Consejo Superior, hoy a la mañana, con el llamado a la asamblea como primer punto del temario.

“El Gobierno está pactando con las camarillas de la UBA para impedir la democratización de la universidad”, disparó Juan Pablo Rodríguez, cotitular de la federación estudiantil. En oposición a que la elección del rector se realice antes de reformar los estatutos de la universidad, la FUBA se preparaba anoche para boicotear la reunión del consejo: el plan era ocupar, al menos desde la madrugada, la sede del Rectorado y también la Facultad de Ingeniería, a la que los decanos prevén trasladarse si no pueden entrar en Viamonte 440. Como Ingeniería tiene tres sedes, la FUBA planeaba tomar todas: la principal, sobre Paseo Colón al 800, la de Las Heras y Azcuénaga, y el Pabellón de Industrias en Ciudad Universitaria.

Por si no puede sesionar el consejo, los decanos ya están preparando una autoconvocatoria de la asamblea. Con la petición avalada por la firma de un tercio de los 236 asambleístas, como requiere el estatuto, el vicerrector Aníbal Franco organizaría la sesión ad referéndum del cuerpo.

Ayer continuaron los posicionamientos políticos. Hallú se mostró junto a la “FUBA de los Estudiantes”, un desprendimiento de la federación que nuclea a agrupaciones vinculadas con Franja Morada, el socialismo del MNR e independientes: alumnos de Económicas, Farmacia, Odontología y Derecho anunciaron su apoyo al por ahora único candidato a rector. Tal reunión se ganó el rechazo de sectores kirchneristas: “Si la propuesta de consenso es llevar a Alterini y a Franja Morada al gobierno de la UBA, nos van a encontrar del otro lado”, avisó Braulio Silva, del Movimiento Universitario Sur. Por su lado, con una manifestación de estatuas vivientes, marcaron su postura otras agrupaciones de centroizquierda y kirchneristas. “Impedir la convocatoria a asamblea es inmovilizar la UBA”, fue el lema que reunió frente al rectorado a militantes del QRS, Megafón, La Vertiente, IURE, Movimiento Evita y otros, quienes promueven la asamblea “para avanzar en las transformaciones de la universidad”.