La invitación al diálogo formulada por el nuevo rector de la Universidad de Buenos Aires fue recibida con recelo por la dirigencia estudiantil de la FUBA. “Si vamos a dialogar o no, lo va a decidir el conjunto de los estudiantes en asambleas, cuando empiecen las clases”, avisó uno de los presidentes de la Federación, Juan Pablo Rodríguez. Además, la FUBA definirá hoy qué presentaciones judiciales hará para cuestionar la legitimidad de la asamblea universitaria realizada en el Congreso. Mientras Rubén Hallú pone en marcha su gestión al frente de la UBA, tendrá al menos un mes de tranquilidad: los estudiantes de izquierda se plegarán al receso académico y pospondrán sus actividades hasta febrero.

Al término de la polémica asamblea del lunes, Hallú calificó como “delincuentes” a los militantes de la FUBA que, por mediante la protesta y el bloqueo físico, intentaron impedir por sexta vez en el año la elección del rector de la UBA, en reclamo de una democratización previa de la universidad. Un día después el rector atenuó sus dichos y, en una entrevista con este diario, anunció: “Obviamente, voy a hablar con la gente de la FUBA... porque son parte de la universidad. Pero espero que entiendan que para cambiar las cosas el mejor camino es el diálogo y el convencimiento de los demás... con fundamentos serios, no a través de la fuerza”.

“No recibimos ninguna citación oficial del rectorado”, se limitó a responder Juan Pablo Rodríguez, ante la consulta de Página/12. “Todas las discusiones las vamos a hacer en forma pública, así que habrá que esperar a febrero, cuando los estudiantes vuelvan a las facultades. Si vamos a dialogar, no va ser ahora.”

Lo que la FUBA aún no decidió es cómo se posicionará frente al nuevo rector, si lo reconocerá o no como tal. “Nos vamos a presentar ante la Justicia para cuestionar la legitimidad de la asamblea, porque hubo irregularidades de todo tipo –dijo Agustín Vanella, uno de los estudiantes detenidos tras los choques con la policía–. Pero como sabemos que no va a haber una resolución judicial rápida, queremos también plantear una estrategia política y empezar a presionar para que la discusión por la reforma de los estatutos se abra lo antes posible.” El riesgo que corre la FUBA es, si opta por ignorar a las autoridades derivadas de la asamblea, quedar fuera de los órganos de cogobierno, sin representación.

En su segunda jornada como rector, Hallú reiteró que en febrero convocará a una sesión extraordinaria del Consejo Superior para –siguiendo lo dispuesto por la asamblea– conformar las comisiones temáticas que analizarán la reforma del estatuto universitario, el inicio de un proceso que debería concluir para julio de 2007. “Vamos a debatir todo el estatuto y se van a reformar las partes que la mayoría considere que hay que reformar, y en la forma en que la mayoría logre coincidir en los cambios que hay que hacer”, dijo ayer en declaraciones a Radio Continental. Insistió en que, más grave que el carácter de la representación estudiantil, es el de los docentes auxiliares y los profesores del CBC. Por otra parte, el rector se refirió al ingreso en la universidad de sectores sociales carecientes: “Esta universidad pública, gratuita y cogobernada aún no les está facilitando el ingreso a los que tienen bajos recursos. A esas personas nos vamos a tener que dedicar”.