Trabajadores y residentes del Hospital de Clínicas iniciaron ayer un paro por tiempo indeterminado, en reclamo de “un urgente aumento presupuestario”. La medida fue resuelta por una asamblea gremial, justo un día después de que Rubén Hallú, rector de la UBA –de la que depende el hospital–, anunciara inminentes medidas para normalizar el centro asistencial, donde se detectaron serias irregularidades administrativas.

La huelga continúa los reclamos que, a fines de noviembre, paralizaron al Clínicas una semana, conflicto que se destrabó con un aporte de 7 millones de pesos del Gobierno y por la constitución de una comisión de crisis. En ese espacio se debía acordar un presupuesto para el hospital, pero la negociación fracasó. “Estamos en contra del presupuesto de 183 millones que pretenden asignarnos, pedimos por lo menos 360 millones para que este hospital funcione como debe ser”, señalaron dirigentes gremiales de ATE y Apuba. Según los delegados, “hace 20 días que el hospital no tiene insumos para atender a nadie”. En cambio, el rector Hallú aseguró que hay fondos para insumos, pero nadie los solicitó.

Los trabajadores cortaron ayer la Avenida Córdoba y volverán a hacerlo hoy. Mañana van a marchar al Ministerio de Educación. Por su parte, la Asociación de Residentes del hospital exigió que los fondos de este año contemplen la efectivización de los médicos contratados y el “blanqueo de sumas en negro”.

En la UBA consideran que la huelga no tiene el mismo tenor que el paro del 2006, la interpretan como una respuesta a los anuncios formulados por Hallú, que implicarían un recambio de las autoridades hospitalarias. “Endurecen la posición para sentarse a negociar... El único sindicato con personería en el Clínicas es Apuba y no apoya la medida, es un conflicto con las comisiones internas. No abarca a los médicos, ni a todos los no docentes, sí a los residentes”, explicó a este diario un funcionario del rectorado. La conducción de Apuba confirmó a Página/12 la negativa a avalar el paro. Anoche, dirigentes gremiales y autoridades de la UBA mantenían una reunión en la Secretaría de Políticas Universitarias en busca de una salida al conflicto.