Un acuerdo entre el rectorado de la UBA, el Ministerio de Educación y la comisión gremial del Hospital de Clínicas terminó con el paro iniciado anteayer. Los trabajadores del hospital volverán a la actividad hoy, según anunció en forma unilateral el dirigente sindical Miguel Skandar (Apuba), cuya decisión será tratada esta mañana en una asamblea. Mientras, la UBA se comprometió a comprar los insumos faltantes antes del lunes y Educación a presentar la próxima semana una propuesta de presupuesto para recuperar al centro de salud. En paralelo, las autoridades de la universidad preparan una reestructuración administrativa del Clínicas, que incluirá una nueva intervención de la dirección –intervenida desde el 2000– y el reemplazo del director actual, Angel Alonso.

La huelga había comenzado el miércoles, secuela de la medida de fuerza que a fines de 2006 paralizó al hospital una semana. Una asamblea de trabajadores y residentes –con los gremios Apuba y ATE– resolvió parar por un tiempo indeterminado, en reclamo de insumos y un aumento presupuestario. Ayer cortaron la Avenida Córdoba y hoy preveían marchar hasta el Palacio Pizzurno.

El conflicto parecía prolongarse cuando, ayer a la mañana, el rector Rubén Hallú declaraba que no había “ningún pedido de insumos pendiente” y que la UBA contaba con fondos –girados por Educación– para atender las eventuales demandas que se produjeran. Además, Hallú vinculaba el paro con la denuncia penal por irregularidades en el Clínicas publicitada por él esta semana. Denuncia basada en una auditoría interna que encontró “desdoblamiento de contrataciones”, ausencia de comprobantes, gastos que duplicaban los montos autorizados, entre otros posibles delitos.

Tras varias reuniones, las posiciones se fueron acercando. A la tarde, la UBA llamó a una conferencia de prensa de Hallú, en el rectorado, para anunciar la salida del conflicto. Pero Hallú no se presentó –se prefirió no volver a exponerlo hasta que se defina el plan de acción para el hospital, seguramente la semana que viene– y el informe estuvo a cargo del secretario general del rectorado, Carlos Mas Vélez; el secretario de Hacienda, Hernán Piotti López, y el delegado gremial Skandar, pero sin representantes del gremio ATE.

“El rector resolvió declarar la emergencia hospitalaria en el ámbito del Hospital de Clínicas por un plazo de 90 días”, informó Mas Vélez, y, como consecuencia, el rectorado “se hará cargo de la compra de los insumos necesarios con el objeto de garantizar la atención de los pacientes, que se va a normalizar de manera progresiva a partir del lunes”. El gasto será de 680 mil pesos, repartidos entre insumos y medicamentos. Si la UBA tenía fondos, ¿por qué no se usaron antes para atender las necesidades de los pacientes? De hecho, según se aseguró, el Clínicas disponía de tres millones de pesos propios y de otros siete girados por el Gobierno a la UBA. El discurso oficial apuntó a “un problema de administración” y responsabilizó a las actuales autoridades del hospital. “Por eso estamos encarando una reestructuración”, dijo Piotti López. Pero está claro que, en los sucesivos cortocircuitos, intervinieron las complejas redes de poder que controlan el hospital, donde disputan espacios y se enfrentan sectores gremiales y profesionales. Así, el informe ofrecido por la UBA señaló que “la falta de insumos” se produjo en “el marco de una profunda crisis administrativa” del hospital y “por ello se acordó con la representación gremial una profunda reestructuración”. Ya está definido el equipo de gestión que se hará cargo del hospital, pero todavía falta encontrar el nombre del interventor para una dirección cuyo último titular concursado fue electo en 1999. El nombre saldrá –se supone– de los médicos que ejercen en el centro de salud.