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Una gigantografía de la primera marcha de las Madres preside la oficina de Juan Cabandié en la Legislatura. La foto se combina con otra que está sobre su escritorio: allí se la ve a Evita en su último discurso, abrazada a Perón. Entre los dirigentes se asoma un sonriente Cámpora. En diálogo con Página/12, el legislador porteño del Frente para la Victoria no descarta que pueda ser candidato a diputado este año, al tiempo que señala que Aníbal Ibarra tuvo “una gestión débil” y que no le ve futuro a Jorge Telerman. Sobre la posibilidad de derrotar a Gabriela Michetti este año, recuerda el slogan de Daniel Filmus: “Nada es imposible”.

–¿Va a ser candidato a diputado?

–La verdad es que no lo sé.

–¿Lo están evaluando?

–Las personas que tienen la decisión de esto son pocas.

–¿A usted le gustaría?

–Siempre que sirva para la construcción, con mucho gusto. Por haber trabajado en el Ministerio de Desarrollo Social recorrí muchas provincias del país, y una banca nacional te da una proyección en cuanto a tu labor legislativa. Pero depende de otras personas.

–¿Alberto Fernández va a ser una de esas personas?

–Alberto siempre ha sido un referente del distrito. Pero hay que entender que si alguien tiene la responsabilidad es la Presidenta. Y en el armado político es Néstor Kirchner.

–¿Cómo ve la situación del kirchnerismo en la Capital?

–Estamos bien. Trabajamos para unificar la fuerza que tenemos. Hubo temas que quizá no supimos comunicar, como el conflicto conocido por todos y que quizá nos desgastó un poco ante el electorado porteño. Pero el electorado a la hora de votar no es ni peronista, ni de derecha, ni de centro: es moderno. Necesitamos una nueva propuesta, con nuevas caras.

–¿Ibarra es el límite o es un potencial aliado?

–No creo que sea ninguna de las dos cosas. Creo que él no tiene ningún tipo de voluntad de trabajar en un proyecto con noso-tros, a pesar de la buena relación de otros momentos. Necesitamos darle una superación a lo que fue la gestión de Ibarra, que fue una gestión débil. Hay veces que uno lo escucha hablar a Aníbal y pareciera que su gobierno fue de excelencia. No alcanza a ver –y lo demostró en su gestión– que las ideas progresistas tienen que producir cambios estructurales de fondo. Y si por algo no se caracterizó la gestión de Ibarra es por producir cambios estructurales de fondo.

–¿Qué opina de los kirchneristas que apostaron a Jorge Telerman?

–Algunos veían esa posibilidad. Pero la realidad es que en la última nota que dio Telerman –en la que aparece como Alan Faena, sentado en una silla de mimbre en la playa– dijo que él pretende confluir a una diversidad de fuerzas políticas, que no creo que sea así. Y nuestro candidato, Daniel Filmus, la última vez le ganó. Así que no le veo futuro.

–¿Cómo analiza este año y pico de gobierno de Macri?

–Macri tiene una gran virtud: comunica incluso lo que no hizo. En esencia, es una gestión signada por la lógica de transferencia de lo público a lo privado. Por ejemplo, en el presupuesto que tienen las escuelas privadas, en desmedro de la educación pública. Y también está caracterizado por la esquizofrenia: se avanza y se retrocede todo el tiempo.

–¿Cómo ve las idas y vueltas entre Carrió y Macri?

–No me sorprende. Carrió giró a la derecha hace mucho tiempo. A nosotros no nos perjudica, sino que polariza la discusión. Nos daría una mano.

–¿Es posible ganarle a Michetti en Capital?

–Las encuestas la muestran con una alta imagen positiva, a pesar de que el electorado porteño es exigente y Michetti faltó al 95 por ciento de las sesiones a las que tenía que venir. Entre perder y pelear, prefiero pelear. Nada es imposible.

–¿Cómo ve la partida de Humberto Tumini y Jorge Ceballos?

–Es una mera picardía electoral.

–¿Cómo se explica la coexistencia de Aldo Rico y usted en el kirchnerismo?

–Yo no lo entiendo.

–Le recuerdo una argumentación de Aldo Rico: “Yo capturo un guerrillero, que está preparando un atentado. Hay que hacer hablar al prisionero de alguna forma. La guerra subversiva es una guerra especial. No hay ética. El tema es si permito que se ampare en los derechos constitucionales u obtengo rápida información”.

–Es una frase absolutamente condenable.