Martes, 10 de febrero de 2009 | Hoy
EL PAíS › LOS SECTORES QUE APOYARíAN UNA CANDIDATURA OPOSITORA EN BUENOS AIRES Y LA ESTRATEGIA DEL KIRCHNERISMO
El lanzamiento de Felipe Solá aliado con el macrismo ya cuenta con simpatías de dirigentes del interior provincial, pero no intendentes ni autoridades partidarias. La posible postulación de Kirchner y los nombres alternativos que analiza el oficialismo.
Por Martín Piqué
El intercambio de elogios que se prodigaron Felipe Solá y Mauricio Macri funcionó como señal de largada. “No sabemos qué va a pasar en 2011. Puede ser una unidad definitiva o una rivalidad sana”, deslizó Solá con suspenso. Pronto reaparecieron en los diarios imágenes de archivo con Felipe y Mauricio casi a los besos. Es que la buena sintonía no es nueva, tampoco los contactos entre ambos y a través de terceros: el funcionario porteño Julio Balbi y el diputado Christian Gribaudo, cercanos a Macri y amigos de Solá, garantizaron una conexión permanente en los últimos años. Que el acuerdo con Macri se convirtió en una señal de largada lo demuestra la reacción de una parte –menor y alejada de los espacios de poder– de la dirigencia peronista bonaerense. Solá recibió llamados de varios municipios de la provincia. Era gente que se ponía a disposición. Le preguntaron cuál era el eslogan con que debían salir a pintar paredes. El ex gobernador instruyó que por ahora debían poner “Felipe Solá 2009” y usar los colores celeste, rojo y blanco, que eligió como identificación.
Los últimos pasos de Solá fueron un verdadero lanzamiento de campaña. Tampoco faltó el factor sorpresa. A principios de la semana pasada visitó a Alberto Fernández, en las oficinas de la consultora del ex jefe de Gabinete. Allí, Solá parecía aceptar la propuesta de Fernández: postergar su ruptura con Néstor Kirchner con la esperanza de que tuviera éxito una laboriosa mediación que estaba intentando el ex funcionario para recomponer la relación entre los tres. Pero al día siguiente de ese encuentro, que no fue el primero entre Solá y Fernández, el hoy diputado sorprendió con su táctico acercamiento a Macri. Entonces comenzaron a sonar sus teléfonos.
Los dirigentes del peronismo que están llamando a Solá para ofrecerle inserción en el territorio, en general, no gobiernan intendencias, ni conducen el PJ del distrito. Son concejales que se postularon por un partido de oposición y, una vez electos, decidieron apoyar al intendente del municipio –pasó en Lomas de Zamora con la Coalición Cívica–, o son legisladores que están próximos a cumplir su mandato y ya están pensando cómo garantizar su permanencia en la Legislatura provincial. Entre los nombres que están trabajando para Solá sobresale un viejo conocido de la política bonaerense: el diputado provincial Osvaldo Mércuri, con quien el ex gobernador supo estar enfrentado en duros términos. En los últimos días, Mércuri tuvo fluidos contactos con Solá.
En la misma posición están otros diputados que ingresaron a la Cámara en 2005 en alguna de las dos listas que presentó el peronismo. Tanto la que encabezaba Cristina Fernández como la de Chiche Duhalde. Como todos presuponen que este año la performance electoral del oficialismo será menor, hay quienes pretenden mantener la banca facilitando el ascenso de nuevos liderazgos. En otra muestra del principio de acción-reacción, los recientes movimientos de Solá levantaron críticas en el oficialismo. Le cuestionaron sobre todo el acuerdo con Macri y su objetivo subyacente de reconstruir un peronismo de centroderecha. También le reprocharon su acercamiento con figuras emblemáticas del duhaldismo con las que había tenido un duro enfrentamiento siendo gobernador.
“El acuerdo Solá-Macri es la repetición de los acuerdos del peronismo de los ’90”, lo cuestionó Fernández, en diálogo con Página/12. “Ahora Felipe dice que el peronismo siempre fue un partido frentista y que hay que hacer un frente con el PRO. Es la misma lógica de Menem”, comparó el ex jefe de Gabinete. “Para mí, el reloj de Felipe atrasa, va para atrás. Hasta hace poco estaba en 2009, pero ahora está en el ’99. Cuando era gobernador logró desprenderse de la ‘Diputadora’ que respondía a Duhalde. Ahora acuerda con ellos. Le falta Ruckauf y después están todos”, criticó el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro, que fue jefe del bloque del FpV en la Cámara durante la gobernación de Solá.
Si Solá llega a un acuerdo con el empresario mediático Francisco de Narváez por el lugar en las listas, algo que gestiona Eduardo Duhalde, el equipo que apoya al ex gobernador se vería engrosado con más concejales en ejercicio. Un caso sería Gonzalo Atanasof, concejal en La Plata, cuyo padre –Alfredo, ex jefe de Gabinete de Duhalde– se desempeña como coordinador político de la campaña de De Narváez. Otro dato que revela la cercanía de Duhalde y De Narváez es el empeño que Gustavo Ferri, yerno del ex presidente, le dedica al proyecto del empresario. Atanasof encabeza un grupo de concejales de La Plata que hicieron público su respaldo a De Narváez. Uno de ellos es José Arteaga, hasta hace poco jefe del bloque del FpV-PJ.
El principal sostén de Solá pasa hoy por el interior bonaerense. Allí casi lo idolatran por su posición durante el conflicto por las retenciones; también recuerdan con entusiasmo su gestión como secretario de Agricultura de Carlos Menem, cuando empezó el avance de la soja transgénica. El proyecto de Solá tiene más dificultades en el conurbano, donde viven dos terceras partes de la población bonaerense. Los intendentes allí ya decidieron que se mantendrán fieles a Kirchner, a quien ven como candidato. Eso no impide que manden gente propia a trabajar para las fuerzas con las que competirán en las elecciones. Es su manera de garantizar la gobernabilidad. “Hay intendentes que en su distrito están armando la Coalición Cívica, el partido de Sabbatella y el peronismo disidente”, confió un dirigente kirchnerista del sur del conurbano.
Solá sabe que para competir contra la estructura del FpV-PJ deberá recurrir a todos los apoyos posibles. No le alcanzaría con los concejales que se le sumaron, tampoco con los legisladores que buscan renovar su banca. Ni bastaría con la participación de los hombres que están trabajando para De Narváez –reconocido por su jugosa billetera– si concretaran una alianza. La necesidad de candidatos como Solá suele ser aprovechada por hombres afines al peronismo pero sin lealtades rígidas, que conocen el territorio, tienen contactos con actores clave como la Bonaerense y hacen gala del preciado know-how para disputar paredes y barrios. Esa definición calza perfecto para describir a Enrique “Quique” Antequera, ex candidato a concejal de Lomas de Zamora y propietario de Urkupiña SA, una de las ferias de La Salada. Antequera es allegado a Mércuri. Sus talentos ya están a disposición del proyecto de Solá.
Si los pálpitos de muchos intendentes se confirman, Solá se enfrentará con Kirchner en las próximas elecciones –si resuelve su puja con De Narváez por el primer lugar de la lista–. Algunos interpretaron que el reciente discurso del santacruceño en José C. Paz, de tono conciliador y donde convocó a sumar nuevos aliados, fue la confirmación de que será primer candidato a diputado en Buenos Aires. “Ahí terminó con la lógica binaria del enfrentamiento. Fue un discurso de campaña”, analizó ante este diario un funcionario del Gobierno, de origen bonaerense, que ocupa un despacho en Balcarce 50.
La posibilidad de que Kirchner encabece la lista del FpV tiene impulsores y críticos. Entre los primeros están los intendentes: Kirchner es el que mejor mide en el segundo y tercer cordón del conurbano.
Las objeciones surgen de las primeras filas del Gobierno. Esas lecturas advierten que si Solá compitiera contra Kirchner, el ex gobernador no tendría la necesidad de ganar: le alcanzaría con hacer una elección respetable y salir segundo para ocupar un lugar expectante en 2011. La interpretación también insiste con que la candidatura de Kirchner alentaría a toda la oposición a involucrarse en la campaña. “Si dividimos el mapa político en dos, perdemos”, argumentó el mismo funcionario. Quienes piensan como él creen que el oficialismo debería presentar una lista lo más amplia y frentista posible, integrada por uno (o varios) de estos nombres: Sergio Massa, José “Pepe” Scioli, Graciela Ocaña, Florencio Randazzo y Alicia Kirchner. Solá ambiciona estar en el rincón de enfrente, en el rol del retador que sueña con destronar al favorito.
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