CARTAS DE LECTORES

Menores

Todos los días, desde los distintos medios de comunicación se habla de lo mismo, inseguridad, menores, robos, homicidios, violaciones... palabras y códigos tumberos nos invaden la cotidianidad de nuestras vidas casi como un juego macabro en el que los principales ideólogos o artífices, funcionarios y medios de comunicación nunca se llevan el descrédito de lo que pasa, pero nos muestran la pobreza, la marginalidad y la miseria como un espectáculo de televisión. Ahora todos quieren meter presos a los menores. ¡Mano dura!... Da lo mismo 18, 14 que 12. Lo real es que si algún pibe cometió un delito debe pagarlo, y pagarlo significa internarlo (es más elegante que meterlo preso) en un instituto en el cual teóricamente se lo debe socioeducar para que, una vez cumplido el proceso legal correspondiente, esté listo para volver a la sociedad. Bien, ahora la pregunta: ¿A dónde debe volver? No se puede regresar a un lugar en el que nunca se estuvo. Se les pide “reinsertarse” en una sociedad que nunca los contuvo y que siempre los negó, con maltrato, con abandono, con desigualdad. ¿Cómo hace alguien a quien la vida le fue un obstáculo de privaciones permanente, en el cual muchas veces, el desamor, la violencia y el hambre fueron moneda corriente para poder comprender lo que se espera de ellos? Cuánto más cómodo es para un Estado ausente hacerse eco de demandas demagogas que hacerse cargo de la falta de políticas sociales, de educación y trabajo, la falta de integración y equidad. Intencionadamente se los trata como problemas aislados y no como un producto social formado por lo que la sociedad en que viven no supo contener. No se puede culpar a quien nunca pudo elegir. No existen la voluntad ni la decisión política de cambiar esta terrible situación. No debemos olvidar que son chicos, que necesitan afecto, ir a la escuela, ver a sus padres trabajar y a sus hermanos comer. No debemos olvidar que no necesitan a la policía que mira para el costado con el vendedor de drogas, pero que los golpea y encierra por portación de visera. No necesitamos rejas, necesitamos una vida digna. Un chico de 12, 13 o 18 años no puede tener su vida jugada. Es inmoral hacerles creer que encima tienen la culpa.

Gustavo Lorenzo

DNI 25.931.603

Compartir: 

Twitter

 

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.