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Dibujos para escuchar sería sólo una muestra de dibujos que reúne en Buenos Aires los trabajos de ocho de los mas importantes artistas gráficos españoles y del anfitrión Miguel Rep, si no fuera por un par de detalles que vuelven a este proyecto un tanto inusual. Ya que en el principio hubo una muestra y un concierto y la historia es más o menos así: Colis, Enrius, Máximo, El Roto, Forges, Hernández y Peridis no son los nombres de los personajes de una historieta sino, ellos mismos, los dibujantes en cuestión y son los amigos de Javier Krahe, el cantautor español, casi de culto, pero muy poco conocido por estas tierra. Por primera vez, Krahe se iba a presentar en la Argentina y sus amigos, los dibujantes, decidieron acompañarlo para estar con él en sus conciertos, para aplaudirlo y hacer de gruppies. De paso, pueden haber pensado en algún momento, podemos hacer algo de lo nuestro y así fue que se ideó Dibujos para escuchar, esa serie de obras que, de alguna manera, estaba en sintonía con lo que Krahe venía a hacer en Buenos Aires. Pero Javier Krahe no vino y, por lo tanto, no hay concierto, aunque sí está la exhibición y por suerte los dibujantes y sus dibujos. Colis y Enrius, menos conocidos como Octavio Colis y Enrique Cavestany, ya están en Buenos Aires y vienen cargados de trabajos propios y ajenos para que mañana, lunes, se inaugure en la Galería Transarte, con el auspicio de Página/12, esto que empezó con una simpática combinación de concierto y muestra de dibujos y de amistad a Krahe.
Cómo fue que siguieron adelante una vez que Javier Krahe desistió de venir es la pregunta que se impone y Colis desenvaina una respuesta: “Javier es muy difícil de catalogar y para mí es el mejor cantautor español después de Quevedo, por cierto. Por eso mismo que él no esté aquí es parte de un estilo, casi diría que sería más inusual que estuviera, que hubiera concierto y todo hubiera salido como lo planeado. Si la idea inicial fue venirnos de groupies y de paso llevar unos dibujos, seguimos adelante con los dibujos y lo de groupies lo dejamos para más adelante”. Para Enrius, la situación tomó un nuevo título y tal como acostumbra en su trabajo de dibujante para la sección de Madrid del diario El País, nombró al acontecimiento como “Concierto frustrado de Javier Krahe en Buenos Aires” y esto es lo que mostrará en la Transarte. Por primera vez en Buenos Aires, “y la primera vez fuera del continente”, remarca Octavio Colis, se podrán ver los dibujos de los antes mencionados que forman parte de una miscelánea muy interesante. “Somos muy diferentes y cada uno responde a una estética distinta. Lo que se verá será: la ironía muy cruel de El Roto (Andrés Rábago García), el surrealismo en los trabajos de Kleiman, los seres mitológicos y los monstruos de José Hernández, homónimo de vuestro poeta y que, a su vez, ha ilustrado el Martín Fierro; los dibujos sobre música de Peridis, trabajos de Máximo, que es lo que su nombre indica y me gusta decir de él que es un intelectual que pinta, y obras de Forges, ilustrador de El País, de quien se ha llegado a dudar si Forges habla como la gente o la gente es la que habla como él”, pasa lista Enrius sin olvidarse de ninguno. A ellos se le agrega Rep y sus ilustraciones sobre El Quijote que funcionará a modo de anfitrión de los enviados especiales ultramarinos.
Entre amigos es la frase que define a todo este proyecto, ya que la amistad, “amistaz” a la madrileña o “amistá” a la porteña, es la palabra que se cuela en cada tramo de la conversación con estos artistas plásticos que antes que nada se reconocen en ese sentimiento: “Somos un grupo de amigos que nos reunimos, que colaboramos en trabajos mutuos, como por ejemplo el disco homenaje a Krahe, Y todo es vanidad, en el que participamos en la gráfica y renombrados cantantes, como Serrat, Sabina, etc., cantaron sus canciones”, explica Colis, que lleva muchos años siendo colega de todos ellos y que ilustró la tapa de Malas compañías, el primer disco de Sabina.
“No sé si sabrán –instruye Colis– que Sabina y Krahe son muy amigos, pero la gente en Argentina no conoce tanto a este último. La relación entre ellos es un poco rara, porque de los dos, Sabina es el más famoso, es el que siempre está mostrando sus cosas. En cambio, Krahe se toma tres meses de vacaciones en plena temporada y, por ejemplo, no puede venir a un concierto. Aquí se vuelve a dar lo mismo: el supuesto viaje de Krahe, finalmente es presentado por Sabina”, aclara Enrius, director de La Mandrágora, el lugar de lo que fue la movida madrileña y de la que “nosotros éramos la ancianidad de la movida”.
La mención de Joaquín Sabina, entre Madrid y Buenos Aires, parece un lugar común. Y lo es porque para Sabina estas dos ciudades se emparejan en su pasión y su nostalgia. Además, en este caso, la muestra viene con padrino y presentador: el mismísimo Joaquín escribió unos versos para que vengan en las valijas de sus amigos dibujantes (ver recuadro). Una carta de presentación rimada que quiere que sus amigos, los dibujantes, sean también los nuestros. Un poema que, como cuaderno de bitácora, les sirva para quedar prendados de la ciudad de sus amores.