EL PAíS › EXODO DE DIRIGENTES DUHALDISTAS A LAS FILAS DE KIRCHNER

La transfugueada

Las negociaciones entre Kirchner y Duhalde están congeladas y ambos actores endurecieron sus posiciones. Kirchner tiene listo el Frente para la Victoria y la hilera de intendentes que visitan la Rosada para cruzar las líneas se acrecienta notoriamente. Las últimas encuestas. El rol de Solá.

 Por Sergio Moreno

“Muy duro.” “Muy tenso.” “Hoy no hay posibilidades de acuerdo.” Las oraciones que abren este texto son una suerte de síntesis que se ensaya para calificar cuál es el cuadro de situación en la relación entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. La dureza, cuentan a ambos lados de la General Paz, está en los dos principales contendientes de esta lidia. Acaso sea mayor en el Presidente que en el ex, si bien el caudillo bonaerense no deglute las defensas que levantan desde la Casa Rosada alrededor de Felipe Solá. Esta, causa central de un enojo que lo enceguece, es la decisión que prima en Balcarce 50, si bien algunos de sus habitantes más importantes consideran que “si no estuviese Felipe en el medio, esta conflicto no existiría”. La otra característica saliente en este asunto de la semana que termina es la gran cantidad de “pases” que se están produciendo, un éxodo monumental del duhaldismo a las mesnadas del Presidente.
Tal como se adelantó la semana pasada en esta columna, el Presidente instruyó a sus operadores para que anotaran ante la Justicia electoral al Frente para la Victoria. Engrasada y limpia, el arma está presta para ser usada, en caso de querer usarla. Kirchner ha dado señales importantes de ruptura, y sus acciones dan pábulo para que sus estrategas hablen de endurecimiento. “Es el Presidente quien avanza, avanza y avanza. No deja lugar para el arreglo”, contó a este diario uno de sus ingenieros electorales, con amplio conocimiento del territorio bonaerense. “Está muy duro”, remata.
Avanzar, en el caso citado, significa seguir enrolando centuriones que hasta hace poco abrían tiendas en el otro campamento. “Hay mucho pase del duhaldismo para acá”, cuenta un operador presidencial, haciendo un gesto con la mano de afuera hacia su pecho, “quizá demasiado”, abunda.
Otro hombre de extrema confianza del Presidente evalúa la situación con algún detalle mayor. Dice: “Estamos ante un escenario donde los intendentes evalúan la alternativa de dejar a Duhalde a la vez que evalúan la actitud que está tomando Duhalde. En ese marco, el éxodo desde el duhaldismo es, en términos numéricos, muy importante. Los intendentes ven que Duhalde tiene una actitud rayana con el capricho. Ellos (los intendentes) ven las mismas encuestas que vemos nosotros, y saben cómo ocurrirán las cosas”.

Duros números:

La última frase referencia a la amplia diferencia que hay entre los guarismos de intención de voto a Cristina Fernández y a Hilda “Chiche” Duhalde. De tal magnitud es esa brecha que la misma Chiche aceptó esta semana que se fue que CFK le saca varios cuerpos de ventaja en los sondeos.
Para ejemplificar lo antedicho, bien vale exponer la última encuesta con que cuenta el Presidente. Es de la consultora Equis, que dirige el sociólogo Artemio López, cuyos cuadros se reproducen en esta página. Fue realizada en la provincia de Buenos Aires, entre el 26 de mayo y el 2 de junio, a una muestra de 960 entrevistados. El margen de error es de +/- 3,6 por ciento, con un nivel de confianza del 96 por ciento. Según el trabajo, Kirchner tiene una imagen positiva del 73,6 por ciento, regular del 12,6 y negativa del 13,2 por ciento. Su mujer, CFK, es poderada positivamente por el 61 por ciento, regular por el 12,1 por ciento y negativamente por el 9,1 por ciento. Eduardo Duhalde, en cambio, posee una ponderación positiva del 16,5 por ciento, regular del 20,7 por ciento y negativa del 58,7 por ciento.
Entre otras tantas cosas, el trabajo plantea tres escenarios electorales. En el primero, con CFK como única candidata del PJ, la senadora obtendría un 51,7 por ciento de los votos, seguida por Ricardo López Murphy con el 15,3 por ciento y Luis Brandoni, de la UCR, con el 11,1 por ciento. En el segundo escenario, la hipótesis es que Hilda “Chiche” Duhalde sea la única candidata del PJ. Es este caso, la diputada vencería con el 30,1 por ciento, seguida por López Murphy que obtendría el 20,2 por ciento y por Luis Brandoni con el 16,1. El tercer escenario plantea la confrontación entre kirchnerismo y duhaldismo. En dicho ensayo, CFK obtendría la victoria con el 45,9 por ciento de los votos, seguida por López Murphy con el 15,3 por ciento y, en tercer lugar, colaría Chiche, que sacaría el 12,9 por ciento. Brandoni obtendría un módico cuarto lugar, con el 9,1 por ciento de los sufragios.
Este último escenario plantea la chance de que Chiche quedara afuera de la Cámara de Senadores, si bien vale resaltar que la diferencia entre ella y López Murphy en este sondeo es equivalente al error estadístico de la muestra. Dicho esto, también es dable destacar que la decisión de Chiche de competir contra CFK en el comicio general es de alto riesgo: el voto antiperonista bonaerense tendería a aglutinarse en López Murphy, y ello podría dejar afuera del Senado a la actual diputada.

Saltando en tu cara:

La transfugueada desde las líneas del caudillo a los brazos patagónicos tiene matices. Están los antiduhaldistas, están los duhaldistas culposos, están los que quieren saltar el cerco pero no quieren quedar mal con su antiguo líder. Todos son escuchados en la Casa Rosada, donde esta semana hubo una febril actividad de contención y bienvenida.
“Muchos intendentes piden que se le encuentre una salida a esta pelea, quieren que convenzamos a Duhalde para terminar la confrontación y conseguir un acuerdo lo más pacíficamente posible, esperan que haya condescendencia desde ambos lados. Estarían mucho más cómodos si evitáramos el quilombo”, cuenta un importante hombre del Presidente a Página/12, testigo y actor de la faena que se está realizando desde Balcarce 50.
Según el análisis que se hace en los principales despachos del gobierno nacional, el debate intramuros del duhaldismo es sobre la magnitud de la derrota que se avecina en caso de que no haya fumata. “Entre los suyos (los seguidores del ex presidente) hay una visión unánime de no jugar contra el Presidente. Los más duhaldistas, esos que no lo van a abandonar, le dicen al propio Duhalde: ‘Nosotros vamos a pelear y a morir por vos; pero tené en claro que vamos a morir’. Esos, los más cerriles, también quieren acordar, pero aceptarán la decisión de su jefe aun si fuese confrontar con Kirchner, que es un suicidio”, ensayan en la Rosada.
–¿Por qué está tan intransigente Duhalde? Se lo nota, dicen, muy enojado –pregunta-comenta Página/12 a un funcionario de altísimo nivel que suele tratarlo.
–Porque no puede tolerar que lo pongamos a la altura de Felipe Solá. El (Duhalde) entregó las listas nacionales y quería arrogarse las provinciales. Cuando Kirchner avanzó con las provinciales creyó que lo igualábamos a Solá. El ve las cosas en esos términos, y no soporta la situación –ensaya el confidente de este diario.
Según esta fuente, son muchos los intendentes que desgastan las alfombras de la Rosada que no quieren encuadrarse tras el gobernador. “Dejamos a Duhalde para sumarnos a Kirchner, no a Solá”, cuenta que le plantearon varios alcaldes el operador consultado. Pero a la vez morigera: “Nosotros tenemos una actitud de lealtad con Felipe, hicimos esta carrera juntos y no vamos a soltarlo en los últimos 100 metros”.
Esta semana que comienza habrá más novedades. Algunos trujimanes presidenciales mantendrán reuniones con sus pares conurbaneros para morigerar el camino, incluso contra el desgano de Kirchner, que se prepara para la batalla. Los delegados del patagónico tratarán de recordarle a Duhalde aquella frase de Tácito sobre los resultados de la guerras, donde decía: “La condición más injusta de las guerras es que todos se adjudican la victoria, y la derrota se le imputa a uno solo”.

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