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“Ya se va perfilando la idea inicial de la obra”, dice Noé Jitrik, el director general de Historia crítica. Hasta ahora se habían publicado cuatro volúmenes: el segundo (La lucha de los lenguajes), el sexto (El imperio realista), el décimo (La irrupción de la crítica) y el undécimo (La narración gana la partida). “En algún momento, cuando la colección esté completa, alguien verá cuál es el valor que tiene. Pero aquí hay un hecho que consiste en ver, con el modo de pensar de un momento determinado, este objeto llamado literatura argentina. Y eso no es tan frecuente. Porque la corriente es el exitismo inmediato, fulanito publicó un libro, sufrió mucho para escribirlo, tiene muchos lectores y toda esa pavada. Esta obra se diferencia de las concepciones más o menos tradicionales, de los modos espontáneos de estudiar la literatura: algo así como la mentalidad del librero, que dice a cada rato, ‘¿por qué no es cronológico?’. En esta historia lo cronológico es lo histórico propiamente dicho: lo que queda de una experiencia. Está situado en el tiempo, pero no es el tiempo el que determina el carácter de ese hecho, sino un conjunto de circunstancias que confluyen para darle entidad. Esto tiene que modificar el pensamiento sobre muchas otras cosas. Hay una fuerte intención de hacer presente el modo actual de pensar la literatura, y no la repetición de conceptos establecidos o jerarquizados: de ahí que haya tanta gente nueva escribiendo. En general, los ‘criterios de autoridad’ residen en gente ya muy... no digo probada, sino establecida.”