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Por ruben szuchmacher *

Jelinek es una gran autora, una de las expresiones literarias más importantes de la última parte del siglo XX y comienzo del XXI. Tiene una ferocidad que logra hacerla notable, en un momento en que la literatura es poco frecuente como rasgo personal, porque el mercado tiende a homogeneizar a todos los escritores por la necesidad de generar una especie de estándar literario. En el teatro y en la literatura, ella logra diferenciarse por un manejo del lenguaje y un trabajo sobre la ferocidad de las relaciones humanas y sociales que es digna de mención.
El Nobel es inesperado, pero muy justo. Hay algo de Jelinek que me parece interesante: sin haber abandonado su posición marxista, cuestiona cualquier estructura paralizante. Lucha desde su literatura contra toda forma de cosificación. Es absolutamente transgresora, porque no responde a ninguno de los patrones del mercado. Cuando se presentaba el derechista Joerg Haider, había una consigna muy famosa en Viena: “Cultura o Jelinek”. Ellos la ponían como un símbolo del horror y del desorden.
Ella reniega del hecho escénico, escribe sin importarle cómo se van a montar sus obras. Lo que pasó cuando Nora... es una obra contra el feminismo, contra el pensamiento burgués, contra las ideas socialistas cosificadas. Yo no tuve ningún contacto con ella, pensé en escribirle, pero no era necesario; me enteré de que era muy poco propensa a la vida social.

* Dirigió el año pasado la obra Lo que pasó cuando Nora dejó a su marido o los pilares de las sociedades.