DEPORTES
Narváez pone en juego su título
El chubutense defiende por primera vez su corona mundial mosca de la OMB, en Trelew, su ciudad natal, ante el marplatense Lazarte.
Por Daniel Guiñazú
Omar Narváez estrenará de local su título mundial mosca de la OMB. En el Gimnasio Municipal de su Trelew natal, esta noche hará la primera defensa de su corona ante el marplatense Luis Alberto Lazarte. Narváez es amplio favorito a la victoria, más allá de que Lazarte lo triplica en experiencia profesional y sólo el amor del chubutense por su gente y la decisión de sus managers de no correr riesgos prematuros, explican la realización del combate, que televisará a todo el país TyC Sports a partir de las 21.00 y que será el cuarto de la historia entre argentinos por un campeonato del mundo.
En realidad, estaba previsto que Narváez hiciera su defensa inicial en España y ante el ruso Alexander Mahmutov. Pero como las negociaciones se dilataron más de lo previsto, Osvaldo Rivero y Mario Margossian, los managers del chubutense, decidieron aprovechar el tiempo y montaron una exposición optativa contra Lazarte, quien estaba fuera de circulación desde que a fines del año pasado, había perdido por nocaut técnico en dos rounds ante el tailandés Pongsaklek Wonjongkam por el título mosca del Consejo.
A Lazarte se lo rehabilitó armándole una pelea sencilla a 8 rounds en la FAB ante Luis Monges. Como la ganó sin problemas, se le abrió el camino a esta chance por un título del mundo, la tercera de su carrera. Lazarte es un boxeador rápido y empeñoso, con un record discreto (19 triunfos, 5 derrotas, un empate y 8 victorias por fuera de combate). Pero no parece reunir los atributos necesarios como para desbancar a Narváez quien, con 12 peleas profesionales, lo supera en calidad, estilo, velocidad e inteligencia.
Además, Narváez es un mosca natural que dio sin exigencias los 50,802 kg, límite de la categoría. En tanto, Lazarte es un peso mínimo que se ha tenido que ganar la vida peleando como minimosca y mosca. En el pesaje de ayer dio 49,600 kg. Y 1200 gramos de diferencia son demasiados, sobre todo en las divisiones más chicas. Si a eso se le suma la jerarquía distinta de uno y de otro, no caben dudas de que a Narváez lo aguarda una noche sin sobresaltos.