“Estamos con muchas ganas de pasar. En este partido nos jugamos el prestigio personal, del grupo y del club.” La frase de Santiago Hirsig resume el sentimiento general del plantel de San Lorenzo, que ayer se fue a Ecuador en busca de la hazaña. El partido de mañana en la altura de Quito puede significar un gran paso para obtener por primera vez la Libertadores o una nueva chance perdida con toda la ilusión que se había depositado en el año del centenario.

“Va a ser un partido muy complicado, nos jugamos muchas cosas”, aseguró Hirsig y admitió que para contrarrestar los efectos de la altura, el equipo debe “manejar la pelota y no hacer gastos desmedidos”. Según el ex volante de Huracán, “la Liga mostró todo su potencial en Argentina y sabemos que como local se hace muy fuerte, ya lo demostró contra Estudiantes. Nosotros tenemos que mejorar lo que hicimos de local y tener paciencia, no desesperarnos, porque el gol puede llegar en cualquier momento”.

El mediocampista estuvo en duda hasta último momento por la fuerte contractura que sufrió en el partido de ida, pero finalmente se sumó a la delegación y viajó junto al equipo. Ahora resta resolver si estará entre los once o si su lugar es ocupado por Diego Rivero. “Siento una molestia –admitió–. Por suerte no fue un desgarro y por eso pude viajar. Creo que en estas horas puede aflojar y podré estar a disposición del técnico.” La otra duda está en la zona izquierda del mediocampo, donde se disputan un lugar Walter Acevedo y el paraguayo Aureliano Torres.

La travesía para llegar a la altura comenzó ayer bien temprano en el Nuevo Gasómetro, donde el plantel realizó trabajos livianos con pelota. Tras el almuerzo partieron rumbo a Ezeiza con destino a su primera parada, Guayaquil, donde se alojarán hasta cuatro horas antes del partido. La idea de Ramón Díaz y del cuerpo médico es hacer algo similar a lo que habían hecho cuando viajaron a la altura de Potosí, para jugar contra el Bolívar: llegar a la zona del partido, en este caso Quito (2850 metros sobre el nivel del mar), un par de horas antes del arranque del mismo. En Bolivia les dio resultado: el equipo dio vuelta un 0-2 para ganar 3-2.

Tras el partido el plantel tiene previsto volver inmediatamente al país para llegar en las primeras horas del viernes y seguirán concentrados, ya que el domingo reciben a Colón por la 16ª fecha del Clausura.