El sueño de repetir la medalla dorada chocó contra toda la potencia y talento de Estados Unidos. Un parcial de 18-0 en el primer cuarto resultó clave para que la Selección Argentina corriera atrás durante todo el partido y nunca comprometiera realmente a su rival, más allá de que reaccionó varias veces y, por momentos, le generó inquietud. El 101-81 final significó la menor diferencia con la que el Dream Team superó a cualquiera de sus rivales, pero no dejó conformes a los jugadores argentinos. Para colmo, Emanuel Ginóbili se resintió de su lesión en el tobillo, jugó menos de un cuarto y está casi descartado para jugar desde la 1 por el bronce ante Lituania (televisan Canal 7 y TyC Sports), que perdió 91-86 con España en la otra semifinal.

Tres minutos tardaron los estadounidenses para dejar en claro que la historia sería diferente de lo que había ocurrido en Atenas. Es que tras el 4-3 inicial para Argentina, mostraron todo su repertorio para dejar casi en ridículo al conjunto de Hernández, que no podía defender en el uno contra uno, tampoco podía asegurar los rebotes en su tablero y ni siquiera podía tomar tiros cómodos en ataque. Para colmo, Ginóbili cayó sobre un rival en una penetración y se fue al banco para no volver, con el equipo perdiendo 21-4. La diferencia trepó hasta los 21 puntos (30-9), aunque el ingreso de Nocioni le dio otro aire y otra actitud al equipo.

El segundo cuarto fue otra historia. Argentina se plantó con una defensa zonal que invitó a los NBA a probar desde lejos. Y como fallaron seis tiros seguidos, el conjunto de Hernández empezó a limar, con timidez, la diferencia. Para ello fue la clave la aparición de Nocioni y su temperamento, el gran momento de Scola y el buen ingreso que tuvieron en el juego Quinteros y los dos Gutiérrez. Confundido, Estados Unidos dejó de lastimar en los tableros y la Selección achicó la diferencia a seis (46-40), aunque un regalo de los árbitros permitió que Anthony metiera tres lanzamientos libres para irse al descanso 49-40.

El entretiempo sirvió para que Estados Unidos repasara la manera de atacar la zona. Entonces, muy rápido retomó una diferencia que se estabilizó entre los quince y los dieciocho puntos, ayudado por el tremendo desgaste que venían haciendo los jugadores argentinos. Sin Ginóbili y con Nocioni disminuido, la bandera argentina la levantó Scola, indetenible para la defensa estadounidense. Con mucho esfuerzo, Argentina llegó a ponerse a trece puntos y la pelota a falta de cuatro minutos. Sin embargo, una pérdida entre Scola y Prigioni terminó con una volcada de Wade, que significó la estocada final. De ahí al final, Argentina se fue entregando, pero ya había demostrado su orgullo, su garra y su capacidad para jugarle en serio a un equipo que va camino a redimirse.

81- ARGENTINA

Prigioni (3), Ginóbili (2), Delfino (17), Oberto (2) (x), Scola (28) (f.i.), Nocioni (10), Quinteros (12), J. Gutiérrez (6), R. González (1), L. Gutiérrez, Porta.

DT: Sergio Hernández.

101- ESTADOS UNIDOS

Kidd (2), James (15), Bryant (12), Howard (10), Anthony (21) (f.i.); Paul (12), Bosh (11), Williams (6), Redd, Wade (12), Prince, Boozer.

DT: Mike Krzyzewski.

Estadio: Olympic Basketball Gymnasium, de Beijing.

Arbitros: Luigi Lamónica (Italia), Ilija Belosevic (Serbia) y Michael Aylen (Australia).

Parciales: Estados Unidos 30-12, 49-40, 78-64.