Sábado, 22 de noviembre de 2008 | Hoy
DEPORTES › UNAS 3000 PERSONAS VIERON LOS PARTIDOS EN LA PLAYA DE LAS TOSCAS
Si el Polideportivo estaba lleno, en la arena y frente a la pantalla gigante de TV no era necesario hacer silencio para permitir el saque. La victoria de Nalbandian se vivió con mucho entusiasmo a orillas del mar.
Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata
No había ingleses borrachos entonando “Dios salve a la reina”. Tampoco croatas cantando algo parecido a “aguante-Coco-Basile” con ritmo de “Guantanamera”. Pero como ocurrió en el Mundial de Alemania, los marplatenses tuvieron su “Fan Fest”. Con una pantalla gigante en la playa Las Toscas, entre el Torreón del Monje y el hotel Provincial, con el mar de fondo, unas tres mil personas se juntaron para observar los primeros encuentros de la serie, con diversos shows musicales y artísticos como complemento. Y la imagen se repitió en otros puntos estratégicos y en algunas escuelas, para que nadie se perdiera la fiesta que se vive en la ciudad. Naturalmente, no hizo falta que hicieran la ola...
Es cierto, no había ingleses ni croatas. Pero marplatenses y turistas le pusieron su color, con camisetas de la Selección, gorritos arlequines, algún poster publicitario con los famosos calzones de Nadal y mucha bikini, para disfrutar una jornada a pleno sol. También se prendieron muchas señoras de gorro Piluso, con mate y bizcochitos. El tenis, casi como una excusa.
Por eso, la primera miniexplosión recién ocurrió cuando en el Polideportivo presentaron a David Nalbandian. Luego, la facilidad que otorgaba el resultado a favor del cordobés y la cama natural en que se transformó la lomada del paseo costero sirvieron para aplacar el entusiasmo. Por eso, la multitud recién saltó para agarrarse la cabeza cuando David estrelló una volea fácil en la red. Luego, con un sobre pique que significó colocarse 4-2 llegó la primera explosión de júbilo, prolongado con el primer “olé, olé, olé, David, David”, que nació en el Polideportivo y se prolongó por toda la costa.
Si bien faltaba un poco del fervor que se vivió en el estadio, la playa presentó otros atractivos. Además de ahorrarse, como mínimo los casi mil pesos del abono más barato, el tenis playero otorga grandes posibilidades: No es necesario hacer silencio en el momento del saque, uno se puede mover con libertad durante los puntos y no hay problemas para gastar cinco pesitos para comprarse un helado de crema o una gaseosa mientras Nalbandian le quiebra el saque a Ferrer con un estupendo revés paralelo.
Todas esas ventajas fueron las que aprovecharon unos pibes de 5º 2ª del Colegio Nacional, que se ratearon de la escuela para irse a Las Toscas. Y allí, como si se trataran de los jefes de alguna barra brava, le dieron la espalda a la pantalla. Claro, no lo hicieron para colgarse de un paraavalancha ni para alentar y ni siquiera pagaron los 20 pesos que cotizaba la bandera argentina con las imágenes de los cuatro dirigidos por Mancini. Su único objetivo pasaba por encararse a las muchas chicas en bikini que tomaban sol y que, por cierto, tampoco se mostraban muy interesadas en las devoluciones del cordobés. Obviamente, no fueron los únicos. La Davis fue una excelente excusa para vivir una tarde diferente, a orillas del mar, disfrutando del tenis y el gran triunfo de Nalbandian.
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