España se aseguró ayer un finalista en Australia, el primer Grand Slam de la temporada. Por un lado, el número uno del mundo, Rafael Nadal, se impuso 6-2, 7-5, 7-5 al francés Gilles Simon, mientras que un rato antes, Fernando Verdasco continuó con su llamativa racha y le ganó 7-6 (7-2), 3-6, 6-3, 6-2 al francés Jo Wilfried Tsonga para clasificarse a las semifinales de un gran torneo por primera vez en su carrera. A las 6.30 estaba prevista la otra semifinal, entre el suizo Roger Federer y el estadounidense Andy Roddick.

Nadal mostró su habitual coraje y actitud de ir siempre al frente para eliminar a Simon, con quien había perdido a fines del año pasado en el Masters Series de Madrid, aunque le había ganado en Marsella 2006 y en el abierto de Australia, en 2008. De esta forma, el número uno del mundo sigue con su racha imperturbable, sin haber cedido un solo set desde que comenzó el certamen.

Ahora su rival será Verdasco, que nunca le pudo ganar en los seis enfrentamientos anteriores. Sin embargo, el héroe de España en la final de la Copa Davis llega con otra moral y otra confianza, argumentos que le permitieron vencer primero al escocés Andy Murray y luego sacarse de encima a Tsonga. En mujeres, en la madrugada estaban previstas las dos semifinales. En la primera, la estadounidense Serena Williams tenía previsto enfrentar a la rusa Elena Dementieva y, más tarde, en el duelo de compatriotas, Dinara Safina se iba a medir con Vera Zvonareva. De esta manera, por primera vez en la historia tres jugadoras rusas llegaron a las semifinales de un Grand Slam.