Jueves, 29 de enero de 2009 | Hoy
SOCIEDAD › UN JOVEN EN COMA AL QUEDAR EN MEDIO DE UNA PELEA TRAS EL BOLICHE
Por Carlos Rodríguez
Desde Mar del Plata
José Luis Martín tiene 19 años y este verano comenzó a trabajar como barrendero en la Municipalidad de Pinamar. El domingo, a las 7 de la mañana, cuando iba hacia su trabajo, en el corralón de la comuna, recibió un fuerte golpe cuando le cayó en la cabeza una botella de cerveza, que le provocó la fractura de un hueso y una lesión cerebral. Estuvo en estado de coma más de 60 horas. El martes por la noche recuperó el conocimiento, pero su estado sigue siendo grave y está internado en el Hospital Interzonal de Mar del Plata. El hecho ocurrió en Bunge y Avenida del Libertador, pleno centro de Pinamar, en medio de una pelea entre dos grupos formados por diez pibes cada uno. Luego de agarrarse a trompadas comenzaron a tirarse con botellas y piedras. La botella que impactó sobre Martín fue arrojada desde el balcón de un primer piso. Los sospechosos son tres chicos, dos oriundos de Córdoba y uno de Santa Fe, que huyeron después del incidente y dejaron el departamento que alquilaban. Cuatro testigos directos aportaron datos sobre los autores.
“Ahora está bien, recuperó el conocimiento, pero todavía tiene para 15 o 20 días de recuperación y hay que comprobar si no tiene algún trastorno posterior. Tenía un coágulo y hubo que operarlo para extraerlo. Le sacaron una parte del hueso temporal izquierdo para poder quitar el coágulo. Recuperó el conocimiento, reconoció a sus padres, pero todavía tiene que seguir internado para saber si hay alguna secuela”, explicó a Página/12 Miguel Martín, tío de José Luis, que ayer hacía la vigilia en el Hospital Interzonal Oscar Alende. La familia Martín vive en Ostende y el domingo José Luis se había bajado en el centro de Pinamar para encontrarse con algunos amigos, antes de entrar a su trabajo.
“El no participó en la pelea, no tuvo nada que ver, sólo se quedó a mirar y recibió el botellazo. En toda la zona, según dijeron los testigos, había cerca de mil chicos que salían de los boliches a las 7 de la mañana. Las peleas son frecuentes y el panorama asusta, pero lo que más asusta es la ausencia del Estado. Dicen que hay 600 policías en Pinamar, pero yo apenas pude ver dos uniformados cuando pasé por esa zona. No pido que se reprima a los chicos, pero podrían intervenir para evitar las peleas, que son frecuentes”, agregó el tío del joven golpeado. Luego de las trompadas y las corridas entre los grupos antagónicos, varios jóvenes escaparon hacia el primer piso de un edificio de Bunge, sobre una galería comercial, y desde el balcón comenzaron a tirar botellas tratando de lastimar a sus rivales.
El fiscal Diego Bensi, que investiga el hecho, caratulado “lesiones graves”, le tomó declaración al portero del edificio, que habría identificado a los tres chicos, dos cordobeses y un santafesino, que escaparon luego del incidente, tras arrojar la llave del departamento por debajo de la puerta de la casa donde vive el portero. “Yo creo que la detención es inminente, porque además hay otros tres testigos que vieron a los que arrojaron la botella desde el primer piso”, aseguró el tío de la víctima. Los testigos trabajan en un kiosco de diarios y en Center Play, un comercio con juegos electrónicos.
La familia de José Luis Martín piensa reclamar que el caso sea caratulado “intento de homicidio”, teniendo en cuenta que “alguien que tira una botella desde un primer piso bien puede pensar que va a hacer un daño importante”. Miguel Martín sostuvo que “estas cosas pasan porque falla el Estado. Los vecinos cuentan que ya hubo varias peleas y que la policía nunca interviene para parar la violencia. Es como una zona liberada. A nadie le importa el daño que los chicos puedan hacerse entre ellos o a terceras personas”.
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