Martes, 3 de febrero de 2009 | Hoy
DEPORTES › RAFA NADAL NO TUVO NI TIEMPO NI FUERZAS PARA CELEBRAR EL TíTULO
El número uno del mundo apenas se permitió unos masajes en su habitación como festejo de su primer título en el Abierto de Australia. Es que su cabeza ya está puesta en Rotterdam, su próximo objetivo. “No hay margen para la relajación”, dijo.
Por Ignacio Naya
Desde Melbourne
Un masaje en la habitación de su hotel fue toda la celebración que el español Rafael Nadal se permitió tras la conquista de su primer Abierto de Australia. El cansancio tras más de cuatro horas de final no invitaba a nada más, y el número uno del mundo tampoco quiere relajarse cuando la temporada no hizo más que comenzar.
“El objetivo es pensar en lo que viene, Rotterdam. Aquí no hay margen para la relajación”, le dijo ayer Nadal a un grupo reducido de periodistas en su hotel de Melbourne, apenas unas horas después de derrotar, pasada la medianoche local, al suizo Roger Federer por 7-5, 3-6, 7-6 (7-3), 3-6, 6-2. Vestido con camiseta a rayas y jeans, el español recordó los momentos más emotivos de la final del domingo, pero habló sobre todo de los desafíos que presenta 2009, un año que tras su triunfo en Australia “ya es una gran temporada”.
Nadal se convirtió en Melbourne en el primer tenista desde el estadounidense Andre Agassi que gana un título de Grand Slam en tres superficies diferentes. A los triunfos sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros y el césped de Wimbledon, el número uno añadió ahora la cancha dura de Australia. Sólo el US Open falta en la vitrina de trofeos del español, que de lograrlo emularía a Fred Perry, Roy Emerson y Agassi, quienes ganaron en los cuatro grandes aunque no de forma consecutiva. “Más que un objetivo, es una ilusión”, advirtió Nadal, de 22 años. “El US Open es un torneo que siempre me ha costado más. Mejoré con los años e hice semifinales en 2008. Fue una pena que llegase tan cansado”, se lamentó.
También hizo semifinales en 2008 en Australia y este año se llevó el título. Por eso, la pregunta de si es capaz de ganar el Grand Slam, los cuatro grandes en el mismo año, resuena en las cabezas de todos los aficionados al tenis. “Claro que me motiva, pero también me motiva ganar 300 mil torneos”, comentó el español con ironía. “Soy consciente de que entran muchos factores en juego y es prácticamente imposible. Sinceramente no se me ha pasado por la cabeza”, aseguró el mallorquín.
Sólo dos hombres en la historia lograron encadenar en un año títulos en Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open: el estadounidense Don Budge en 1938 y el australiano Rod Laver en 1962 y 1969. La empresa es, pues, complicada, por eso Nadal prefiere pensar de momento en Rotterdam. “Soy consciente de que no voy a llegar física y mentalmente al ciento por ciento, pero voy a hacer un esfuerzo. El año pasado fue uno de los torneos que peor jugué, así que me hace ilusión hacerlo bien allí este año”, aseguró.
Luego vendrá Dubai, más tarde la primera ronda de Copa Davis ante Serbia y después Indian Wells y Miami. “Yo me marqué el objetivo de hacer dos mil puntos entre Australia y Miami. Por suerte, ya los he conseguido. Ahora tengo que intentar mejorar y llegar a los tres mil, si puede ser.”
Por eso Nadal tiene poco tiempo para las celebraciones. Acompañado por su padre, Sebastiá, y varios miembros de su equipo, el campeón se sometió paciente a una sesión de fotos junto al trofeo en la terraza de un céntrico hotel de Melbourne, con el “skyline” de la ciudad de fondo. Por la noche lo esperaban un avión y un extenuante viaje.
Quizás en Mallorca encuentre algún momento para estar más tranquilo con la familia, aunque nada de jornadas de pesca. El español debe atender los compromisos de una estrella y aprovechará la semana libre para grabar un anuncio para televisión. Eso sí, sin descuidar el entrenamiento. El domingo hay un vuelo a Rotterdam. La temporada no hizo más que empezar.
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