No fue feliz el regreso de Gastón Gaudio al Buenos Aires. Con una actuación despareja, plagada de errores y dobles faltas (11 en total), el campeón de la edición 2005 se despidió rápido de la Copa Telmex, al perder 6-2, 4-6, 6-2 con el discreto español Daniel Gimeno Traver, que hoy jugará ante David Nalbandian. Pese al aliento inicial de las tres mil personas que se acercaron a verlo, Gaudio no tardó en demostrar que está muy lejos de poder regresar a su nivel de otras épocas. Dos faltas por pisar la línea en el saque, coronadas con dos doble faltas en el juego inicial, presagiaron una actuación deslucida. Y así, muy rápido, se fue el set inicial por 6-2, más por sus fallas que por méritos del español.

“No tenés nada que demostrar, sos el mejor”, le gritó un hincha en el 1-2 del segundo set, cuando ya el español había arrancado el set con un quiebre. Y luego llegó una ovación cuando recuperó el saque con un revés con su sello. Con algo más de consistencia en su juego, el argentino pudo quedarse con el segundo set, al quebrar otra vez en el décimo game. A esa altura, alguno que otro grito y muchas sonrisas eran su manera de descargarse.

Pero en el tercero volvieron los fantasmas. Una pelotita a la tribuna tras un nuevo error no forzado –previo aviso al árbitro con el grito de “¡warning!”– fue un anticipo. Luego, la que sufrió fue su raqueta tras un revés a la red, que se tradujo en arrancar el game 30-0, por la segunda advertencia del umpire. Del 2-2 parcial al 6-2 final apenas pasaron unos minutos, cuando un drop-shot de revés se quedó en la red y del Buenos Aires bajó un tibio grito de aliento y una ovación para la despedida.

Pero el golpe de la jornada lo brindó Máximo González, que se impuso 6-4, 6-4 a Carlos Moyá, en la victoria más importante de su trayectoria. “Sin dudas, fue el mejor triunfo de mi carrera, por todo lo que significa Moyá y porque se dio ante mi público”, aseguró este tandilense de 25 años, habitual jugador de challengers, 108º en el ranking mundial y que llegó a estar 73º en julio de 2008, cuando accedió a las semifinales de Umag. Venía en ascenso con el título en el challenger de Iquique, con una derrota ajustadísima ante el chileno Fernando González en Viña del Mar y con su ingreso al cuadro principal aquí tras superar la qualy. Lo confirmó ante Moyá, ex número 1 del mundo y todavía entre los 50 mejores del planeta.

González se basó en el arma que históricamente distinguió al español: con una derecha potentísima, el argentino manejó el juego desde el arranque, cuando consiguió dos rápidos quiebres. Así sobrellevó un momento de duda en que el mallorquín recuperó un servicio, pero le alcanzó para llevarse el primer parcial. El segundo resultó casi calcado. Otra vez González sacó rápidas ventajas, hasta colocarse 5-1. Sin embargo, por un momento apareció el temor a la victoria y los destellos de Moyá, que recuperó hasta ponerse 4-5. “Siempre hice mi juego, pero me puse nervioso en el saque del 5-2. Por suerte pude cerrarlo”, admitió el tandilense, que se esperanzó con que esta victoria le cambie la carrera. Por lo pronto, el próximo paso será enfrentarse con Brian Dabul, con quien tiene muchas batallas en juveniles y en challengers.