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En el deporte, la génesis del éxito puede variar según el enfoque realizado. Socialmente resulta tanto o más exitoso lograr que accedan al deporte millones de jóvenes antes postergados como lo es la ayuda para la obtención de un logro competitivo, aunque generalmente estos últimos cuentan con mayor difusión.

A la hora del triunfo, el análisis deja ver cierta tendencia hacia un posicionamiento casi heroico del compatriota victorioso. Es la hora de la amnesia. Se recuerda a unos pocos, quizás al sponsor privado si lo hubiera, al entorno familiar; y se despotrica contra todo o se ignora al resto. En ese resto olvidado se encuentra a veces el Estado, hoy la principal fuente de recursos de gran parte de los deportes. En los últimos días, muchos resultados importantes a nivel mundial impactaron sobre todo en quienes no poseen información de cómo y cuánto se trabaja en el deporte de nuestro país: las medallas de bronce de las chicas de básquet y los juveniles de voley, el podio de Braian Toledo en el mundial juvenil de atletismo, las excelentes actuaciones de nuestros equipos juveniles en los mundiales de hockey femenino y handball, entre otros, que muestran que además de presente hay futuro en muchos deportes.

Por último, el título mundial logrado en Canadá por Javier Julio en la prueba combinada en esquí náutico coronó varios días de actuaciones relevantes. Al respecto de esta actuación, fue reconfortante escuchar al deportista agradecer a su único sponsor desde hace años: la Secretaría de Deporte, es decir el Estado, o sea todos nosotros, declarar “sin esa ayuda yo no estaría hoy compitiendo”.

El deporte moderno, sin dudas, necesita de ese equilibrio entre las acciones estatales de fomento y desarrollo deportivo y los sponsors privados, un equilibrio que no debiera ser roto por momentáneas amnesias, que tienden a favorecer y valorizar fuertemente lo imprevisto, lo genial, lo heroico y lo individual de cada éxito, disociándolos de las acciones conjuntas de la comunidad deportiva.

* Director nacional técnico deportivo.