Por más que las matemáticas todavía lo avalan, la sensación que dejó la derrota en el clásico ante Boca indican que Independiente ya no podrá concretar el sueño del título en el Clausura. Los cinco puntos que le lleva Estudiantes y los cuatro que le sacó Argentinos parecen una ventaja demasiado importante cuando sólo quedan seis unidades en juego. Mucho más si se tiene en cuenta que tras la 12ª jornada, luego de la victoria 1-0 ante Arsenal, el equipo de Gallego marchaba líder, con 27 puntos y tres de ventaja sobre Godoy Cruz, que en ese momento era el único escolta.

A esa altura, Independiente aparecía como el gran candidato por lo que marcaban los números, aunque las críticas hacia su juego molestaban al entrenador. Incluso, empezó a quejarse ante los periodistas que señalaban que su equipo gozaba de “mucha suerte” y de un sensacional rendimiento de Adrián Gabbarini, pieza clave en casi todos los triunfos de esa etapa. Pero tras esa sufrida victoria ante Arsenal, con fortuna y con el arquero como figura, Independiente ya no logró los mismos resultados. Un triunfo, un empate y tres derrotas lo relegaron al cuarto puesto. En ese mismo tramo, Estudiantes cosechó los quince puntos que disputó, mientras Argentinos logró trece. Hasta Godoy Cruz sumó más, con siete unidades. Por eso, de líder cómodo pasó a cuarto casi sin chances en apenas cinco fechas.

“¿Ya no hablan de que tenemos suerte?”, intentó defenderse Gallego, al tiempo que cuestionaba de supuesta fortuna de Estudiantes. “¿No dicen nada de la suerte de los otros, que les dan penales todos los partidos?”, interrogó el Tolo a los periodistas tras la caída ante Boca. Y puede que en esa frase se pueda entender alguna de las razones que ocurrieron para que Independiente sufriera esa debacle en los resultados. Sin tanta fortuna, el conjunto de Avellaneda perdió partidos que, con un desarrollo similar, antes empataba o incluso ganaba.

Los rendimientos de Gabbarini también reflejan una parte del bajón. Mientras el arquero tuvo actuaciones superlativas, Independiente fue líder. Con el guardavallas en un nivel normal, y hasta con algún error como en el gol de Palermo del domingo, el equipo de Gallego perdió su principal sustento: En las primeras doce jornadas sufrió siete goles, la misma cantidad que en los cinco últimos compromisos.

Otro factor decisivo resultó la falta de puntería de los delanteros. A su turno, Silvera, Gandín y Núñez aportaron sus goles, con doce entre los tres en las fechas de Independiente líder. En las últimas cinco, Gandín no convirtió, Silvera metió el primer tanto en el triunfo 3-1 ante Banfield y Núñez decoró los resultados, sobre la hora, en esa victoria ante el campeón del Apertura y en la caída ante Boca. El escaso aporte de sus atacantes le quitó posibilidades a un equipo que no se caracterizó por su efectividad, ya que comparte con Vélez el octavo puesto de la delantera más goleadora.

Las graves lesiones de Carlos Matheu, Walter Busse y Martín Gómez le quitaron recambio a un plantel corto, aunque también es cierto que en la primera parte del campeonato había podido disimular esas ausencias. Incluso, en lugar del capitán, Gallego consiguió consolidar a Lionel Galeano y luego le dio aire a Julián Velázquez, un juvenil que sorprendió con su nivel y su personalidad. Aunque también es cierto que al técnico también se le reprocharon los caprichos de mantener en el equipo a Gandín, colocar a Patricio Rodríguez como carrilero u optar por un central para reemplazar a Vella cuando para este torneo llegó un lateral natural como Vallés.