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Y pensar que el partido del Mundial anterior a Sudáfrica-México fue el del cabezazo de Zidane a Matterazzi. Viendo los dos primeros partidos de este Mundial, ya estoy extrañando la calidad individual de Zizou. Vamos a ver qué pasa hoy con la Pulga, Verón y Tevez. Ayer hubo un poquito del enganche azteca Dos Santos.

Esto me lleva extrañamente al recurrente tema de la evolución. ¿La habrá en el juego en este torneo? Porque lo que más se ve es la evolución tecnológica entre Mundial y Mundial. En éste, el sistema digital marca la diferencia respecto del 2006. Pero me pregunto, ¿para cuándo una televisación de toda la cancha, como si el televidente estuviera en el estadio? Así es como se ve verdaderamente el fútbol y no de esta manera sesgada a la que nos condena la pantalla, seguidora fiel de la pelota. Llegará el tiempo en que tengamos la opción de ver el partido total, para percibir los movimientos posicionales totales y no estas sinécdoques caprichosas del director de cámaras.

Si bien jugaron un poco mejor, se la vieron negra los mexicanos, no sólo esos 24 minutos entre golazo y empate, sino con el color de camiseta que eligieron. Dice Villoro que Hugo Sánchez se quejaba que el verde de la anterior se confundía con el césped. Si no recuerdo mal, la camiseta de Nigeria es verde.

Ayer expliqué lo del complejo de ser un tronco a la hora de ver buen fútbol. No progresé entre ayer y hoy, sigo jugando mal, o peor. Pero me animaría que con estos dos primeros partidos del Mundial, el fútbol te lo debo.

Qué cosa extraña los estadios. Son verdaderos no lugares, countries de lujo. El que estoy viendo ahora, el de Cape Town, podría ser el Camp Nou, o cualquiera de Inglaterra. Sólo que alrededor no es Barcelona ni Londres. Es Sudáfrica. No se puede ni comparar. En Europa hay crisis.