Los alemanes se llevaron la medalla de bronce, al igual que hace cuatro años en su país.
Imagen: EFE.

Alemania se quedó con el premio consuelo del tercer puesto del Mundial de Sudáfrica al superar 3-2 a Uruguay en un electrizante partido en Port Elizabeth. El estadio Nelson Mandela Bay fue escenario de una “pequeña final” que cambió varias veces de mano y no pareció un choque entre equipos deprimidos por sus derrotas en semifinales, sino todo lo contrario. Thomas Müller, Marcell Jensen y Sami Khedira convirtieron para el equipo de Joachim Löw, mientras que Edinson Cavani y Diego Forlán anotaron para los uruguayos.

“Demostramos que en este partido los dos equipos luchábamos por algo importante y dimos un buen espectáculo en un encuentro en el que alternó el control del juego y el que tuvo más efectividad o cometió menos errores, ganó”, analizó Oscar Tabárez, técnico de Uruguay, tras la derrota.

Müller, uno de los candidatos a ganar el premio al mejor jugador joven de Sudáfrica 2010, fue el encargado de romper el cero justo antes de los 20 minutos, cuando entró como un rayo por la espalda de los defensores para tocar de derecha a la red una pelota mal rechazada por el arquero Fernando Muslera, tras un potente remate de Bastian Schweinsteiger.

Pero cuando Alemania era superior, Uruguay consiguió el empate. Diego Pérez le robó una pelota a Schweinsteiger en el medio e inició una contra fulminante. Suárez, quien recibió el pase de Pérez, vio llegar solo por izquierda a Cavani, y el hombre del Palermo tuvo su bautismo de gol tocando con justeza al segundo palo de Butt. A partir de ahí, Uruguay se puso firme en defensa, gracias a una gran actuación de Jorge Fucile, sobre la banda derecha, y del capitán Diego Lugano en el centro.

El conjunto sudamericano arrancó mejor el segundo tiempo y Forlán, en la primera que tuvo en el complemento, no perdonó y marcó el segundo. Arévalo Ríos tiró una pared con Suárez por derecha y lanzó un centro, que el delantero del Atlético Madrid, uno de los candidatos al Balón de Oro del Mundial, metió dentro del arco con una tijera de derecha. Pero en el mejor momento uruguayo, un nuevo error de Muslera allanó el camino al empate: centro largo de Jerome Boateng, mala salida del arquero, y Jansen, de cabeza, anotó la igualdad.

El partido se hizo decididamente de ida y vuelta y los espectadores agradecidos. Suárez y Forlán lo tuvieron para Uruguay, pero fallaron en el último toque. Alemania, por su parte, metía miedo en las jugadas de pelota parada. Por esa vía, llegó el desnivel. Tras un corner, la pelota quedó dando vueltas en el área chica uruguaya y Khedira marcó el 3-2 definitivo. En la última, Uruguay tuvo el empate, pero Forlán sacudió el travesaño de tiro libre.

Pese a la derrota, Tabárez mostró su conformidad por lo hecho por su equipo. “Le jugamos de igual a igual a una potencia futbolística”, remarcó orgulloso el técnico, quien además dejó un mensaje para el futuro. “Conseguimos limitar el potencial de los equipos rivales en varias ocasiones a lo largo del torneo, a partir de jugar bien y de crear problemas al rival. Quizá estemos por debajo de algunos grandes equipos, pero no demasiado lejos.” Alemania se quedó con el consuelo de la medalla de bronce. Pero la “Celeste”, con el respeto de todos.