La novela de la renovación del contrato de Juan Román Riquelme puede llegar a su fin en las próximas horas, debido a que la directiva de Boca parece decidida a darle un cierre. Tras varias horas de suspenso y especulaciones, en las cuales se llegó a barajar la posibilidad de que le dijeran al enganche “que la del lunes había sido la última oferta”, el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, aseguró ayer que la directiva hará un esfuerzo para mantenerlo. “Hablé con su representante (Daniel Bolotnicoff) y el club está enviando una propuesta económica mejorada en estos momentos. Es lo mejor que le podemos ofrecer.” Con mucha tranquilidad, la máxima autoridad del club le bajó los decibeles a la historia que irrita a varios dirigentes.

“Nosotros de dinero no hablamos, tenemos que ser muy respetuosos. Lo que queremos es que Román juegue en Boca, lo mismo que quiere él”, afirmó Ameal, quien evitó explicar qué es lo que sucederá si Riquelme rechaza esta nueva oferta. A pesar de que el presidente no quiera hablar de cifras, de sus declaraciones se desprende la idea de que el cortocircuito es económico. De lo contrario, el club no habría mejorado la oferta. “Estamos dispuestos a hacer un esfuerzo económico importante”, señaló. No obstante, parece estar en lo cierto cuando asegura que Riquelme quiere quedarse en Boca, ya que el jugador recibió una oferta millonaria de Flamengo, de Brasil, y fue sondeado por Racing.

Aunque el objetivo de la conferencia haya sido dilatar la situación, el titular del club reconoció que se fastidió con las declaraciones de Riquelme, que había dicho que la oferta anterior era “para reírse”. “Esas cosas molestan, seguramente, pero hay que comprenderlas en el fragor de una charla, de una discusión”, expresó Ameal, quien sabe que con el tema de Riquelme se está jugando una porción vital de la chance para obtener un nuevo mandato.

“Nos reunimos con la mayoría de los miembros de la Comisión Directiva, hay que considerar que hay algunos que se hallan de viaje con el plantel (por Oceanía), pero yo hablo con ellos y todos queremos renovarle, el tema son las condiciones”, explicó el presidente. De esta manera, Ameal negó la existencia de internas en la conducción, aunque consideró que sí hay “libertad de pensamiento” y “matices”, por más que sea unánime la decisión de que Riquelme siga.

Por la mañana, el técnico Claudio Borghi se había desentendido de la arremetida de Riquelme, quien lo acusó duramente el jueves por haber declarado que la renovación estaba en un “80 por ciento”. En el partido que Boca jugó ayer frente a Wellington Phoenix, el juvenil Marcelo Cañete se puso la camiseta número 10 por primera vez, ya que en los otros dos partidos de pretemporada había usado la 11. Todo un símbolo que da a entender que el dorsal, que era propiedad indiscutida de Riquelme, ya no es intocable. Al buen momento de Cañete también se le sumó la llegada de Damián Escudero, quien puede jugar como enganche o puntero.

“Le propusimos a Román un contrato por cuatro años, como él pedía”, explicó Ameal, en relación con la duración del vínculo, uno de los puntos centrales en la negociación. Por otra parte, Ameal reconoció que fue la primera vez que le enviaron una oferta por escrito: “Para nosotros es muy importante y muy serio lo que hace Boca. Le damos el mismo valor a la palabra que al papel”.

“Las cosas tan largas tienen un solo secreto, porque nosotros defendemos los intereses del club”, indicó el presidente, admitiendo que hubo un tira y afloje en la negociación. “Si dijéramos que sí fácilmente a todo, el club no estaría en las condiciones en que está hoy”, aseguró.

El jueves, Riquelme había dado muestras de estar muy enojado con la situación. Lejos de mantener una posición enfrentada y polarizada con el ídolo boquense, Ameal demostró que quiere renovarle a cualquier precio. Sabe que si pierde al jugador también perderá consenso político y prefiere tenerlo de su lado, aunque el enganche le haya demostrado que no tiene problema en criticar a los dirigentes.