El Barcelona debió ceder ante la presión de los promotores del amistoso que el equipo español jugará hoy en Corea del Sur ante el K-League All Stars, una selección de la liga del país asiático, y pese a que el entrenador del equipo español, Pep Guardiola, había anunciado ayer que el argentino Lionel Messi no iba a jugar, finalmente lo hará “unos minutos”, según informaron los catalanes en su página oficial.

La euforia que había despertado la presencia de Messi en Seúl sufrió ayer una buena frenada cuando en rueda de prensa desde la capital surcoreana Guardiola anunció que el delantero no iba a jugar. “En principio, no jugará. Sólo ha hecho un entrenamiento, no está para competir. Que juegue es un riesgo. Si juega, no podrá competir. Si estuviera bien sí jugaría”, señaló el entrenador del conjunto catalán, haciendo referencia a que el jugador estaba volviendo de sus vacaciones post mundial.

Pero para los organizadores del amistoso la noticia cayó como una bomba y no tardaron en manifestar su disconformidad y en ejercer presiones para que los catalanes incluyeran a la estrella del equipo. “Se ha producido una reunión entre los promotores de la gira y miembros del Barcelona en la que se ha valorado la participación de Leo Messi en el partido”, explicó oficialmente el club español a través de un comunicado. “Vista la buena evolución del jugador tras el último entrenamiento y teniendo en cuenta que el equipo hará otro antes del partido, los técnicos han creído oportuno que el delantero argentino pueda disputar unos minutos en este enfrentamiento”, agrega el comunicado.

Para la prensa española el cambio de postura del club catalán se debió al acuerdo contractual que obligaría a Barcelona a poner a Messi en la cancha durante “al menos media hora”, de lo contrario se caería buena parte del contrato con los organizadores del encuentro. El diario deportivo Marca informó que los organizadores llegaron incluso a amenazar con la suspensión del encuentro y mencionó también la presunta negativa de la televisión surcoreana de transmitir el partido de un “Barcelona B”, sin la presencia de Messi. Una cosa quedaba clara, Messi era para los organizadores la carta fuerte para llenar el estadio y acaparar la atención de los patrocinadores.

Barcelona cobrará por el partido en Corea del Sur unos dos millones de euros y tiene penalizaciones de un 20 por ciento en el caso de que Messi no viajase o no jugase el amistoso. Sin embargo, los organizadores apuntaron más que a lo económico a no deslucir el interés que despertó en ese país la presencia del ídolo, considerado en la actualidad como el mejor jugador del mundo. En esa misma línea, Barcelona explicó el cambio de postura: “Se debe al extraordinario recibimiento con el que los aficionados coreanos han recibido al Barcelona, el gran número de seguidores azulgranas en este país y la enorme expectativa creada”.