Las divisiones internas entre los integrantes de la comisión directiva de Boca siguen demorando la firma del contrato de Juan Román Riquelme, haciendo aparecer nuevas trabas para dificultar el acuerdo entre las partes. El dirigente Daniel Angelici, tesorero del club y aliado del ex presidente de la entidad y ahora jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, plantó bandera y reiteró ayer que no está dispuesto a aceptar que el club se haga cargo de pagar el impuesto a las Ganancias que le correspondería al futbolista. El titular de la Agencia Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, frenó la estrategia oficialista que buscaba eximir a Riquelme, bajo la figura de jugador libre, del pago de impuestos al afirmar que la dirigencia de Boca “se olvide de pedir la eximición”, porque el jugador “debe pagar” y el club “debe retener”.

El nuevo escollo que surgió en el tironeo entre las partes volvió a alterar el cierre del acuerdo entre Riquelme y Boca y abrió un nuevo capítulo en la novela que, con el comienzo del Clausura pisándole los talones, todavía no parece encontrar un final feliz. Lo que sucede es que la resistencia de un sector de la dirigencia del club a la continuidad de Riquelme ha ganado algo de terreno y ahora apunta contra la estrategia política del presidente del club, Jorge Amor Ameal, quien con la renovación del enganche busca fortalecer su alicaída imagen de cara a las elecciones de 2011.

“Mi posición y la de muchos es que Boca ya hizo todo el esfuerzo y no se puede hacer más. Si hay que tributar, debiera tributarlo el jugador que es el que está ganando, el que trabaja y el que gana”, manifestó ayer Angelici, un macrista que, al igual que el ex presidente de la entidad, se resistió de entrada a la repatriación de Riquelme cuando el fallecido Pedro Pompilio jugó esa carta incluso en contrario a los intereses del propio Macri, a quien acompañó durante tres mandatos como vicepresidente.

“Entendemos algunos directivos que (el de Riquelme) son contratos onerosos que no deberían firmarse en Argentina. No es que el jugador no se lo merezca, es un jugador de nivel, un jugador distinto. Yo siempre lo digo, lo quiero en el club, lo quiero ver jugar, me alegra como hincha, pero como tesorero del club al ver las cuentas y los ingresos digo que esos montos de contrato no se pueden pagar, por eso no estoy de acuerdo con el monto y la extensión de cuatro años. Hacer un contrato de cuatro años en este país no me parece muy saludable”, resaltó Angelici.

Y en cuanto a la estrategia para evitar ante la AFIP que Riquelme tribute, el tesorero explicó: “Vinieron asesores (del jugador) y hay unos puntos que todavía no lo tienen en claro que es respecto de la compra del pase, si tributa o no impuesto a la ganancia por ser un jugador libre que no es habitual que venda el pase. Sin ser tributarista entendería que no debería pagar y este es un punto en que están haciendo averiguaciones”.

Sin embargo, el titular de la AFIP anticipó ayer: “No tengo previsto recibir al presidente de ningún club y lo digo porque Amor Ameal (presidente de Boca) está merodeando los pasillos de la AFIP”. “El que paga Ganancias es el jugador y el que retiene es el club, y lo único que tenemos previsto es ir a cobrarle el día que no pague”, añadió Echegaray.

La dirigencia de Boca definirá la situación a más tardar la próxima semana, cuando en una reunión de comisión directiva, Ameal exponga los pormenores de la negociaciones. Por su parte, el volante se llamó a silencio y dejó los detalles en manos de su representante.