El seleccionado argentino de básquetbol superó ayer 79-64 a Canadá, en un encuentro de la primera fecha del torneo cuadrangular Efes Pilsen World Cup, que se juega en Turquía, sede del Mundial. El seleccionado volverá a presentarse hoy desde las 11.30 ante Líbano, que perdió ayer 93-72 ante el local. La selección cambió la “cara” en el segundo período, luego de un primer tiempo donde estuvo imprecisa, desordenada y dubitativa. De esa manera mostró una defensa inexpugnable, con un ataque fluido en el que sobresalió el tiro a distancia o en penetración de la figura: el escolta Carlos Delfino (26 puntos, siete rebotes y dos asistencias). Además, el equipo de Sergio Hernández contó con la siempre acertada conducción de Pablo Prigioni (cinco tantos y siete pases-gol) y el aporte de Luis Scola (12 y cuatro).

Por primera vez en la etapa de preparación, el entrenador argentino pudo contar con los 12 jugadores, a punto tal que ingresó con el que, se supone, será el quinteto titular en el debut en el Mundial ante Alemania, el próximo sábado en Keyseri. Es decir que entró a jugar con Prigioni, Delfino, el recuperado Andrés Nocioni (jugó 17 minutos, anotó diez tantos y capturó tres rebotes), Scola y Fabricio Oberto (cuatro y cuatro).

En los primeros 20 minutos se observó la falta de coordinación y efectividad del equipo, aunque fue bueno lo de Nocioni, quien convirtió un triple y logró dos rebotes en sólo ocho minutos. Ese primer parcial fue de los canadienses, que dañaban con su tiro exterior o la potencia de Levan Kendall y el NBA Joel Anthony, debajo de los cestos y así lograron ganarlo por 20-16.

El segundo segmento fue mucho más parejo, ya que Argentina encontró el gol con Delfino y logró igualar en 25 tantos, con un parcial de 7-1. Más tarde, los numerosos cambios ensayados por Hernández le quitaron orden y eficacia, y en el final volvió a escaparse el equipo canadiense para retirarse al descanso largo con una ventaja de seis puntos: 35-29.

En el tercer parcial apareció una Argentina diferente. Se esmeró en defensa, mientras que en ataque, con la aparición de su capitán Scola y la puntería de Delfino, y un triple de Federico Kammerichs (ocho) empató en 45, para terminar ganando el segmento 51-49.

Los últimos diez minutos fueron todo del equipo albiceleste, que por momentos convirtió dobles lujosos y siguió estirando la diferencia con los triples de Delfino, otro de Prigioni y el aporte del resto, para cerrar el juego con una ventaja de 15 tantos (79-64), con una conversión de más allá de los 6,25 metros del entrerriano Paolo Quinteros.

Una vez finalizado el encuentro, todos sus compañeros fueron a abrazar a Nocioni, ya que el santafesino demostró que está para jugar desde el arranque en el Mundial. Si bien son sólo partidos de preparación, donde más que nada tratan de ajustarse detalles tácticos, fue positivo lo de Nocioni. Además, en el caso de ayer, sirvió para acoplar al recién llegado Luis Cequeira. El jugador de Obras Sanitarias actuó pocos minutos y se lo notó nervioso, quizá por la enorme carga de tener que jugar con la “Generación Dorada”.

Argentina dio otro paso más en su camino al que es el gran objetivo: el Campeonato Mundial. Una actuación con vaivenes, un primer tiempo con dudas y un segundo período para seguir ilusionándose con pelear por el título o alguna medalla. El rival de hoy, Líbano, uno de los más flojos que participará en el Mundial, le dará la oportunidad a Hernández para seguir probando variantes técnico-tácticas y hacer jugar más minutos a los hombres que menos actividad tuvieron en los amistosos.