Con una magistral tarea del pivote Luis Scola, Argentina le ganó un emotivo clásico a Brasil por 93-89 y se instaló entre los ocho mejores del Mundial de Básquetbol de Turquía 2010. Mañana buscará las semifinales cuando, desde las 15 hora argentina, se enfrente con Lituania, que ayer se impuso en el primer turno de la jornada por 78-67 ante China.

Argentina avanzó un paso importante con un buen rendimiento colectivo, pero sobre todo con la tarea monumental, otra vez, del porteño Scola, que sumó 37 puntos (13-19 dobles, 1-1 triple y 8-9 libres), 9 rebotes y 3 asistencias. Esos 37 puntos fueron record argentino en un partido mundialista, marca que tenía desde Brasil de 1963 Alberto Desimone, con 35 puntos. Partido tras otro, el pivote de Houston Rockets se está erigiendo en la gran figura de este Mundial.

Aún con altibajos, Argentina jugó muy bien, sobre todo porque comenzó manejando el ritmo del partido, dentro de un desarrollo con ofensivas muy certeras por ambos lados.

Scola y los tiros abiertos de Delfino (3-3 triples en el inicio) sostuvieron al equipo, que no podía escaparse por más de 4 puntos, porque en defensa sufría con Lean-drinho, que con sus penetraciones complicaba y mantenía la paridad en el marcador. Por eso no sorprendió que el cuarto inicial terminara empatado en 25.

En el segundo parcial Argentina siguió controlando el partido, algo más afirmado en defensa, sobre todo con un sólido trabajo de Oberto sobre Splitter, quien nunca pudo gravitar en el partido.

Cuando los argentinos se escaparon por una ventaja máxima de 46-40 a 1m20s del final del primer tiempo pareció que podría serenarse, pero algunos errores propios y otras dudas arbitrales dieron vuelta el partido. Brasil, liderado inesperadamente por el base Huertas (32 puntos, cuando traía 7 de promedio hasta aquí), pasó al frente para irse al descanso largo ganando 48-46.

El comienzo del tercer segmento pareció vaticinar lo peor para Argentina, que siguió perdido en ataque, permitiendo que Brasil sacara la ventaja máxima de 53-46. Sin embargo, el equipo de Hernández reaccionó de la mejor manera, con consistencia defensiva.

Oberto siguió mandando en la pintura; Prigioni, condicionado por las faltas, manejó cada ofensiva y allí Scola, imparable desde todos los sectores, y Delfino, ahora con penetraciones, nivelaron el partido. Los argentinos llevaron el juego lento que más les convenía, no le dieron opciones de correr a Brasil (aun cuando las penetraciones de Huertas seguían sin resolución) y lo pelearon ataque por ataque, para llegar empatados el cierre del parcial en 66.

Los últimos 10 minutos lo tuvieron todo, calidad, porque hubo buen juego de conjunto, desnivel individual de los dos lados y una tremenda emoción.

Se escapó Brasil 72-66 con dos triples de Leandrinho, pero igualó Argentina con dos bombazos de Jasen en 72. Un triple de Gutiérrez les dio el primer respiro a los argentinos para escaparse 79-75 y luego vino una pequeña escapada por 81-77.

Hasta que apareció Scola, inmenso, sabio, preciso para tomar la responsabilidad anotadora sin fallos. Con una jerarquía admirable dominó a toda la defensa brasileña y le dio una ventaja casi decisiva de 91-86. Un triple forzado y de-sesperado de Huertas achicó la ventaja y le puso suspenso a la definición, que llegó con liberado festejo de los argentinos. Es que la instancia y el rival lo ameritaban.

93- ARGENTINA

Prigioni 6, Delfino 20, Jasen 15, Scola 37, Oberto 7 (FI); R.González 0, L.Gutiérrez 6, Cequeira 2, Quinteros 0, Mata 0, Kammerichs 0.

DT: Sergio Hernández.

89- BRASIL

Huertas 32, Leandrinho 20, A.García 7, Ghuilherme 3, Varejao 7 (FI); Vinicius 0, Mareelinho 10, Spliter 10, Murilo 0, Nezinho 0.

DT: Rubén Magnano.

Estadio: Sinan Erden Dome (Estambul).

Parciales: Argentina 25-25, 46-48, 66-66 y 93-89.

Arbitros: Carl Jungebran (Finlandia), Juan Arteaga (España) e Ilija Beisovic (Serbia).