Domingo, 20 de febrero de 2011 | Hoy
DEPORTES › BOCA DERROTO A RACING EN EL CLASICO EN AVELLANEDA CON UN GOL DEL DELANTERO
El equipo de Falcioni, sin su estrella Riquelme, no jugó un gran partido, pero igual le alcanzó para imponerse frente a los de Miguel Russo, que sufrieron la ausencia del colombiano Moreno. Esta vez, el arquero García dio seguridad.
Por Juan José Panno
“Y recuerden que el fútbol siempre da revancha”, solía repetir en cada transmisión el Gordo Muñoz, un poco porque lo creía y otro poco para quedar bien con los que perdían. Javier García nunca escuchó a Muñoz, pero sí prestó mucha atención a todo lo que le dijo y lo que declaró públicamente Julio César Falcioni durante la semana. El técnico de Boca respaldó abiertamente al pibe de los macanazos en la primera fecha del campeonato y el pibe de los macanazos terminó erigiéndose en una de las dos grandes figuras del equipo que le ganó por 1-0 a Racing.
El par de cabezazos que sacó en el arranque del partido (primero a Respuela y después a Luguercio) tranquilizaron a todo Boca y le dieron el aviso a Racing de que no le iba a resultar sencillo quebrar ese arco. García respondió bien en esas dos espectaculares jugadas y en otras menos importantes en las que le tuvo que intervenir y remató su actuación con el saque de arco vía aérea que dejó a Mouche mano a mano con De Olivera en el inicio del segundo tiempo.
La otra figura de Boca fue precisamente el autor del gol. También Mouche tiene la bendición de Falcioni y desde hace un tiempo está convirtiéndose en una pesadilla para sus marcadores. El DT le da vía libre para que haga lo que más sabe y el muchacho responde. Arranca, amaga, acelera, sale par cualquiera de los dos perfiles, le pega bastante bien a la pelota y achica a sus adversarios. Pudo marcar en el primer tiempo en un remate cruzado que superó a De Olivera y no fue gol porque Abendaño estaba para sacarla sobre la línea. Marcó en el segundo cuando aprovechó la modorra de los defensores racinguistas y la mandó de zurda (y de caño a De Olivera) al fondo del arco.
Los defensores de Racing fueron cómplices. No fue un saque sorpresivo de García. No fue un contraataque imprevisto. García tardó casi diez segundos en sacar desde el arco y los defensores del cuadro local no atinaron a dar el paso al frente que habría dejado en offside a Mouche.
Boca ganó por García y por Mouche y también porque Somoza mejoró en el segundo tiempo, porque Rivero corrió mucho, porque Insaurralde y Caruzzo estuvieron un poco más firmes y porque Racing dio demasiadas ventajas.
El cuadro de Miguel Angel Russo mostró empeño, buenas intenciones, mucha velocidad por los laterales, pero escasa claridad a la ahora de resolver situaciones propicias en tres cuartos de cancha. Insinuó desequilibrar al fondo boquense con velocidad, pero no la complementó con un mínimo de precisión.
Atrás pudo neutralizar a Palermo, pero se complicó demasiado con Mouche. De Olivera respondió bien en un tiro de media distancia de Rivero y en alguna otra intervención y no se le puede adjudicar responsabilidad en el gol; lo dejaron solo.
El partido no fue técnicamente bueno (seguramente todo pudo ser muy distinto con Riquelme y Moreno en la cancha), pero tuvo momentos de mucha intensidad y resultó atractivo por las situaciones de gol y por la incertidumbre en el marcador.
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