Vélez quedó obligado a ganarles a los venezolanos de Caracas en la última fecha del Grupo 4 para no depender de otro resultado, y seguir adelante en la Copa Libertadores. Los de Liniers no pudieron ofrecer anoche su mejor versión en Chile e igualaron sin goles ante Universidad Católica, que también tiene chances de pasar de ronda cuando enfrente al eliminado Unión Española.

Vélez salió a presionar en el campo de los chilenos, con la clara intención de tomar la iniciativa del juego. Y si bien presionó sobre la salida de los locales, no tenía la claridad necesaria en ataque para exigir al arquero Garcés.

Como Moralez tenía poco contacto con la pelota, los delanteros Martínez y Silva no eran bien abastecidos. De esa manera, ambos se retrasaban para recibir y luego tenían que recorrer varios metros para llegar al área. Los que se mostraban como salida eran los volantes externos. Tanto Augusto Fernández como Zapata pasaban rápido hacia adelante y desbordaban con frecuencia, aunque sus intentos se diluían cuando llegan al área.

Los chilenos depositaban en la creatividad de Marcelo Cañete, ex Boca, toda la ofensiva de su equipo. Y el volante se destacó al principio moviéndose con criterio y habilitando bien a sus compañeros. En uno de esos avances, Barovero sacó un tiro de Prato que se había desviado en Ortiz. Luego, el propio Cañete remató cruzado desde la derecha y la pelota se fue cerca del palo.

El arquero de Vélez protagonizó una jugada curiosa a los 20 minutos del primer tiempo: agarró la pelota con la mano después de un pase de Cubero. El árbitro cobró el tiro libre dentro del área, y de esa acción apareció una mano de Moralez cuando se quiso proteger de un pelotazo, pero el juez interpretó que no hubo intención. Vélez llegó con peligro recién a los 30 minutos, en una jugada combinada entre Zapata y Silva. Pero cuando el primero le fue a pegar al arco, un defensor cruzó justo para mandar la pelota al corner. La Católica volvió a llegar en el final de esa parte, con un tiro de Prato que se fue muy cerca del palo. Los dos habían mostrado muy poco hasta ese momento.

El desarrollo del juego no varió mucho en la segunda parte. Los dos equipos intentaban pero ninguno podía prevalecer. La Católica se soltó un poco más en ataque, pero cuando llegaba al área se desvanecía. La sorpresa llegó cuando se fue expulsado Augusto Fernández, en lo que pareció una decisión exagerada del árbitro. La más clara la tuvo Prato, pero reaccionó Barovero, aunque no era la noche de ninguno.