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Osvaldo Matera, ex integrante de la barra brava de River, ratificó ayer ante la Justicia que Ariel “El Colo” Luna fue el autor del crimen de Gonzalo Acro. Matera declaró ante el Tribunal Oral Criminal Nº 15 de esta capital por el crimen de Acro, donde confirmó lo que dijo en la instrucción de la causa. “Luna disparó hacia Gonzalo”, afirmó Matera, y agregó que en el lugar del crimen (Villa Urquiza) había tres personas en un auto, pero no pudo reconocerlas.

“A Gonzalo lo mataron por la interna que había” en la barra brava de la institución, añadió el testigo, que fue herido en el mismo episodio en el que mataron a Acro. El acusado Luna tendrá que declarar el jueves próximo, y se especula con que dé a conocer el nombre de otra persona que, según él, fue el que disparó aquella noche.

Asimismo, la pormenorizada y extensa descripción del periodista del diario Olé Gustavo Grabia, por la mañana, sobre el funcionamiento de la barra brava de River, antes y después del asesinato de Acro sirvió ayer como escenario para nuevos y tirantes cruces entre los abogados de la familia de la víctima y los defensores de los imputados, a los que con mucho trabajo pudo neutralizar el Tribunal Oral Nº 15.

Grabia fue convocado como testigo en razón de los múltiples artículos que escribió sobre el caso, y a lo largo de más de dos horas de narración recordó que los sectores antagónicos –liderados por Alan Schlenker, por un lado, y Adrián Rousseau, por el otro– funcionaban juntos y en sintonía en la barra brava hasta que se fracturaron por un factor endógeno: el ex presidente del club José María Aguilar.

El periodista describió al tribunal y también ante preguntas de las defensas cómo funciona una barra brava, cómo se accede al poder en ella, qué factores se mueven en su interior y cómo se compone la estructura de una organización que funciona casi como un cuerpo militar.

Grabia habló de “líderes”, “subgrupos”, “lugartenientes” y recordó que, pese a que existían síntomas de ruptura entre Schlenker y Rousseau, la fractura se cristalizó a partir de la denominada “Batalla de los Quinchos”, un enfrentamiento que tuvo lugar en el interior del club en febrero de 2007, y que siguió una escalada violenta hasta el homicidio de Acro, en agosto de ese mismo año.