Domingo, 15 de mayo de 2011 | Hoy
DEPORTES › RIVER Y BOCA DISPUTARáN ESTA TARDE UN PARTIDO QUE PROMETE EMOCIONES
Aunque se presenta devaluado, el encuentro ofrece en realidad una importante rueda de premios y castigos para ambos equipos. Palermo sueña con el premio mayor y con escribir un capítulo más en su historia de película.
Por Daniel Guiñazú
Es un Boca-River. Y la sola mención de la madre de todas las batallas del fútbol argentino convierte en singular e irrepetible al partido que habrá de jugarse esta tarde desde las 16 en La Bombonera con el arbitraje de Patricio Loustau en sustitución de Héctor Baldassi, operado ayer de urgencia por un sorpresivo cuadro de apendicitis. Aunque ninguno de los dos esté mirando de cerca la punta del Torneo Clausura, nada de lo que pueda decirse antes será idéntico a lo que pueda decirse después. Para los que ganen y para los que pierdan, la vida será diferente al cabo de los noventa minutos. Un superclásico es una experiencia de la que nadie sale indemne.
Además de un episodio más de una ancestral rivalidad, hay en juego dos factores que le dan a este partido un tono diferente: una victoria de Boca puede llegar a hundir a River en la temida zona roja de la promoción, a cinco fechas del final del certamen. Y, seguramente, Martín Palermo, el máximo goleador de la historia boquense, disputará el último superclásico de su legendaria carrera como futbolista. Un triunfo boquense, entonces, además de salvar en cierta manera un campeonato desalentador, tendrá el encanto especial de complicarle a River su permanencia en Primera, algo que jamás estuvo puesto en duda desde que en 1908 entró a la máxima categoría. Y mucho más si llega con el broche dorado de un gol de Palermo, que hará estallar La Bombonera en miles de pedazos de felicidad. O de Juan Román Riquelme, el otro gran referente histórico, que pasó otra semana entre algodones para estar lo mejor posible esta tarde.
River es el que arriesga más. Pero a Boca tampoco le sobra nada para afirmarse como candidato en la previa. Llega mejor sólo porque el domingo pasado, derrotó 2-0 a Argentinos en La Paternal, en tanto que River viene de perder por el mismo resultado ante All Boys en el mismísimo Monumental. Pero lo que debería ser una fortaleza termina convirtiéndose en una debilidad: en lo que va del Clausura, Boca sólo ganó un partido de seis en La Bombonera (2-1 a Estudiantes en el último minuto), mientras River está invicto en condición de visitante. O sea, todo es relativo y el destino de los tres puntos dependerá de lo que suceda o deje de suceder no bien suene el pitazo inicial de Patricio Loustau.
En todo caso, por su condición de local, será Boca quien asuma los mayores riesgos. Y River, el que tome las mayores precauciones. J. J. López saldrá a tantear el partido con un esquema precavido, más orientado a no perder que a ganar. Consciente de que la derrota mandará a su equipo a la Promoción, al técnico riverplatense le cierra perfectamente el empate. Por eso, en la semana probó con Manuel Lanzini en lugar de Rogelio Funes Mori para darle una mano en la generación de juego a Erik Lamela, dejando solo arriba a Mariano Pavone. River buscará hacerse fuerte con Matías Almeyda y Walter Acevedo en el medio y, si falla esa pared, estarán listos Jonathan Maidana y Alexis Ferrero, quienes llegan justos en lo físico, y las manos del mejor arquero del campeonato, Juan Pablo Carrizo.
En Boca, que repite la formación por tercera fecha consecutiva, tampoco hay demasiadas alternativas. Alejado por completo de la pelea por el título, el triunfo le dará a Julio César Falcioni el aire necesario para sostenerse en el cargo y a los jugadores, la posibilidad de mejorar su relación con la gente. Resulta ocioso decir qué resonancias tendrá en el llamado “Mundo Boca” una derrota de local ante el adversario de toda la vida. Pero no es demasiado difícil suponerlas.
Los dos tienen mucho por ganar y muchísimo por perder. A Boca el empate no le arregla nada. A River le permite sumar un punto y seguir de cerca la lucha por la permanencia. Al final, habrá bombos y banderas en las tribunas. Ojalá que por disposición de los técnicos y los jugadores, entre las cuatro y las seis de la tarde, haya fútbol del bueno en el verde césped de La Bombonera en ocasión del 189 superclásico del ciclo profesional.
BOCA: Lucchetti; C. Rodríguez, Caruzzo, Insaurralde, Monzón; Chávez, Somoza, Colazo; Riquelme; Mouche, Palermo.
DT: Julio Falcioni.
RIVER: Carrizo; Maidana, Ferrero, Román; Ferrari, Acevedo, Almeyda, J. M. Díaz; Lamela; Pavone, Funes Mori o Lanzini.
DT: Juan José López.
Estadio: Boca.
Arbitro: Patricio Loustau.
Hora: 16.00. TV: Canal 7.
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