DEPORTES › EL PúBLICO CORDOBéS HIZO SENTIR BIEN LOCAL A LA SELECCIóN

Aliento con tonada y calor

Los hinchas vivieron una fiesta completa en el Mario Kempes y guardaron los silbidos con que habían recibido al equipo el domingo, para cambiarlos por los aplausos y los cánticos de apoyo a Lionel Messi. En el segundo tiempo vivieron el delirio.

 Por Adrián De Benedictis

A diferencia de lo que había sucedido en la puerta del hotel donde se albergó la delegación argentina en Córdoba, donde el público exteriorizó su malestar hacia el entrenador Sergio Batista cuando llegaron a la ciudad, en el estadio Mario Alberto Kempes el clima fue mucho más distendido, de fiesta. Como la gente entendía la necesidad del seleccionado por alcanzar la victoria, decidieron alentar desde mucho antes del inicio del juego. La primera explosión de la noche se produjo cuando un reducido grupo de jugadores se asomó para probar el campo de juego. Al grito de “el que no salta es un inglés” y el clásico “vamos, vamos, Argentina”, los simpatizantes le pusieron calidez al escenario.

Ese momento sirvió para renovar el idilio con la Selección, que incluyó una recepción especial a Lionel Messi. “Perdónalos 10, no saben nada”, “Messi, creemos en vos”, eran las insignias que se leían, en referencia a los cuestionamientos que recibe el jugador del Barcelona español.

También despertó sorpresa la aparición de banderas de Burzaco, Campana y Colegiales. La gente llegó desde distintos lugares del país, Catamarca, Carlos Paz, Corrientes y Ushuaia también estaban presentes en las banderas. De esa manera, desde los cuatro costados del estadio todo estaba decorado con los colores celeste y blanco, donde sobresalían los gorros de arlequín y las camisetas argentinas.

Pero lo que se vio anoche contrastó con la percepción que había un día antes en esta ciudad. Los cordobeses mostraron cierto de-sencanto para con el seleccionado, debido a que los jugadores habían cambiado los planes que tenían aquí. El motivo fue que muchos ya imaginaban que el equipo finalizaría primero en el Grupo A, y en ese caso habría jugado los cuartos de final en esta ciudad. De esa manera, los seguidores se habían esforzado para comprar sus entradas para la doble jornada: anoche y el sábado próximo. Como eso ya no podía suceder, algunos deseaban que se diera una serie de resultados y poder aprovechar el gasto observando al conjunto de Batista también el fin de semana.

“Son unos pechos fríos, no tienen ganas de jugar”, se escuchaba en la calle el domingo a la noche; “como tienen tanto dinero ya no les interesa la gloria”, opinaba la gente, sin ocultar el fastidio. Anoche cambiaron la cara.

De todas maneras, cuando el público fue colmando el remodelado escenario, ocultaron su hostilidad. Desde cualquier punto de los sectores aparecieron los flashes de las cámaras fotográficas, y entre tanta mezcla no faltó el glamour que le aportaron las chicas cordobesas. En un lugar de la platea se pudo observar a un grupo vestidas con una gran producción: caras pintadas con los colores patrios, remeras ajustadas con un número en la espalda y una botas largas que cubrían sus piernas hasta la rodilla.

El segundo estallido se dio cuando el plantel completo salió a hacer los trabajos de calentamiento. En ese momento no hubo reproches para nadie y sólo apoyo incondicional. El “Olé, olé, olé, Messi, Messi” fue unánime. Como la noche era agradable y el frío no apareció por aquí, muchos no tuvieron problema en revolear sus remeras y lucir los torsos desnudos en el instante de alentar.

También muy reconocido aquí fue Javier Pastore, el jugador surgido en Talleres y que hasta ese momento no había tenido participación en esta Copa. Precisamente, Pastore fue el punto de conflicto entre la gente y Batista, ya que ellos pretendían ver en acción al ex hombre de Huracán, que ahora transita por el Palermo italiano. Se volvió a escuchar el “poné a Pastore, la p... que te parió”.

La despedida de la gente hacia el equipo fue la imaginada. Delirio, ovación, aplausos y reconocimiento para todos en general, y para los hombres de ataque en particular. Como después de tanto insistir pudieron ver a Pastore, el goce fue todavía superior. En la noche cordobesa pudo haber nacido un nuevo romance con este equipo, plagado de figuras y que seguía en deuda con el juego. La pudieron saldar ayer.

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Los hinchas cordobeses alentaron a Messi desde el arranque y no se vieron defraudados por su actuación.
Imagen: EFE
 
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