Los responsables de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos pidieron a los espectadores que participaron en el ensayo secreto que mantengan la discreción y no revelen ningún detalle. El director de cine y maestro de ceremonias Daniel Boyle pidió a las 60.000 personas presentes en el estadio Olímpico en el ensayo del lunes: “¡No arruinen la sorpresa!”. La ceremonia del viernes costará 27 millones de libras esterlinas (unos 32,6 millones de dólares). Intervendrán cerca de 10 mil personas y comenzará a las 17 (hora argentina).

Continúan las especulaciones sobre quiénes serán los famosos que participen en la fiesta. El Daily Mirror asegura que la leyenda del boxeo Muhammad Ali tendrá “un papel clave”. El ex púgil estadounidense, medalla de oro en Roma 1960, enfermo de Parkinson, ya encendió el pebetero olímpico en la inauguración de los Juegos de Atlanta 1996. Mañana por la noche recibirá un premio en Londres.

“En el mundo moderno es muy difícil mantener un secreto”, reconoció Boyle, quien tratará de recrear “todo lo que es pasado, presente y futuro” de la Gran Bretaña, a lo largo de la historia. Durante la jornada se filtraron detalles respecto de que será una suerte de “ceremonia interactiva”, en la que no faltarán ovejas y elefantes que se mezclarán con jugadores de cricket y otros actores que simularán ser reyes de la época victoriana.

El propio titular del Comité Organizador, Sebastian Coe, subió, días atrás, en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Comparto la frustración de los artistas voluntarios y el público porque están divulgando la ceremonia de apertura extraoficialmente”. “Vamos a guardar la sorpresa”, prometió el ex atleta británico, protagonista principal en los Juegos Olímpicos Moscú 1980 y, en menor medida, en Los Angeles 1984.

Los ensayos se realizan en un recinto ubicado dentro de la misma Villa Olímpica de Stratford, muy cerca de donde los deportistas y sus colaboradores residen por estos días.