Todo abierto para la revancha. La mejor síntesis del 3-2 con el que el Barcelona se llevó el primer chico ante el Real Madrid en la final de la Supercopa española disputado en el Camp Nou es que los dos equipos se sienten fortalecidos para la revancha de una semana en el Bernabeu: para los catalanes, porque se llevaron la victoria y se mostraron superiores a lo largo del juego. Y para los madridistas, ya que estuvieron muy cerca de volverse a casa con la eliminatoria sentenciada, pero gracias a un grosero error de Víctor Valdés quedaron a tiro del título. Con una victoria 1-0 o 2-1, el conjunto de Mourinho se quedará con el certamen.

Cambiante y eléctrico resultó el partido entre los dos colosos españoles. “El plan no era hacer un partido defensivo. Lo hemos demostrado en la segunda parte, que fue diferente”, indicó Mourinho tras el partido. Es que tras un primer tiempo de estudio, en el que Barcelona monopolizó la pelota, pero sin generar mucho peligro, y Real Madrid se defendió cerca de Casillas, aunque sin pasar sobresaltos, todas las emociones quedaron reservadas para la segunda mitad, con dos segmentos de un minuto que cambiaron la historia del partido. En el primero, cuando todavía no había generado ninguna situación de gol, Real Madrid pasó a ganar con un cabezazo de Cristiano Ronaldo tras un corner de Ozil, pero de inmediato empató Barcelona a través de Pedro, luego de una notable asistencia de Mascherano. “No me ha gustado ese primer gol, porque vino de un error del juez de línea”, se quejó, para variar, Mourinho. A partir de ahí Barcelona se terminó de de-satar y generó su fútbol habitual para colocarse 3-1 con un penal de Lionel Messi y un golazo de Xavi tras una inolvidable jugada de Iniesta, incluso con amplias chances de aumentar la ventaja.

Claro que en ese momento llegó en el segundo minuto mágico que tuvo el clásico. Messi, que con el penal se había transformado en el máximo goleador de Barcelona en los clásicos ante el Madrid con 14 tantos, estuvo a punto de anotar el cuarto gol, pero Casillas le tapó de manera notable el mano a mano. Y de esa jugada, en la réplica llegó el descuento del Real Madrid a través de Angel Di María, que aprovechó un increíble error de Víctor Valdés para robarle la pelota y marcar el definitivo 3-2. De esa manera se cerró el partido, pero se abrió la eliminatoria.