El presidente de Boca, Daniel Angelici, volvió a referirse ayer a las pintadas con amenazas en las paredes de su club, admitió que no tiene “espaldas” para enfrentar y erradicar a la barra brava de Boca y volvió a pedir que los hinchas visitantes puedan ir a la cancha argumentando que las barras ya no se pelean contra otras barras, sino que lo hacen entre facciones internas.

Luego de explicar que se tomará unos días de licencia justo cuando en su club aparecieron amenazas sobre un posible recrudecimiento de la interna de la barra brava boquense, cuyo último episodio, a finales de julio, dejó un saldo de dos muertos, uno por bando, el máximo dirigente xeneize insistió con que no se dejará “intimidar” por los violentos y volvió a poner en el eje de la discusión a los organismos de seguridad.

Nada dijo Angelici del poder y el estatus que los integrantes de La Doce tienen dentro del club que conduce, donde además de los puestos de venta de indumentaria trucha, tanto en el playón de ingreso como dentro de la mismísima Bombonera, controlan los puestos de comida en las puertas del estadio y el estacionamiento en las inmediaciones. Sin embargo, pese a que el martes el dirigente había manifestado que Boca no tiene “una barra oficial”, ayer admitió que los dirigentes no pueden erradicar a los violentos. “La Doce está hace más de 50 años en el club y si pretenden que la erradiquemos no tenemos espalda para hacerlo. Tenemos una cuotaparte de responsabilidad, pero la mayor la tiene el Estado”, apuntó.

Luego explicó que la licencia que pidió “no tiene relación con las pintadas” en la calle Arzobispo Espinoza en la que barras bravas de Boca plasmaron su amenaza: “Sin acuerdo habrá balas en La Boca”. La referencia al acuerdo no es precisamente que se levante la veda a los hinchas visitantes, sino a la disputa interna que tiene en vilo a los violentos xeneizes, quienes pelean por el reparto de las ganancias, tras la caída en desgracia de sus ex líderes Mauro Martín y Maxi Mazzaro.

Respecto de su pedido de licencia, Angelici explicó que ésta había sido solicitada con anterioridad y que viajará a Europa para ver y analizar las ciudades deportivas de diferentes clubes con la idea de formalizar en un futuro no muy lejano un proyecto similar propio, que podría ser en Ezeiza. Quien aprovechó la discusión sobre la veda a los hinchas visitantes para ponerle picante al próximo Superclásico fue el DT de River, Ramón Díaz, quien manifestó: “No hagan pintadas, en el estadio vamos a meter 80 mil personas, así que no va a haber lugar para que vengan ellos”, chicaneó el riojano desde Ecuador.